La segunda Guerra Mundial y el ascenso de Manuel Ávila Camacho a la Presidencia de la República estimularon en forma considerable la economía nacional. Esta coyuntura propicio el advenimiento de la política de industrialización del país, en donde el capital privado, en particular el nacional, se expandió rápidamente en tanto el gobierno mexicano fue un factor clave al contribuir con grandes inversiones a la infraestructura necesaria para el crecimiento económico del país. De esta manera el gobierno mexicano se convirtió en el promotor de la expansión económica.
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Telefonistas en lucha (1935).
La crisis económica que estalló en 1929 puso al gobierno mexicano en una encrucijada, ya que la misma crisis había creado las condiciones para que la producción interna se incrementara, renovándose la industria y perfeccionando su funcionamiento. La política anticrisis que el gobierno llevó a cabo se apoyó en la sobreexplotación de los trabajadores, cerrando las posibilidades del mercado nacional y, el nuevo gobierno que se inició en diciembre de 1934 se encargó de superar la encrucijada, abriendo la brecha para facilitar que las fuerzas económicas se conjugaran en la tarea de impulsar decisivamente la industrialización del país, es decir, el progreso del capitalismo.
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Telefonistas: de la represión a la derrota.
Durante los años de la Segunda Guerra Mundial, la economía mexicana sufrió cambios sustantivos. El conflicto bélico impidió a las potencias comprometidas en él, a continuar con su producción normal de bienes. El esfuerzo productivo de esos países, como resulta obvio, se orientó a la producción de material bélico. Esta situación facilitó que los países del área latinoamericana con algún grado de desarrollo como México, aumentaran sus exportaciones atendiendo a la demanda externa. Fue así como nuestro país, al exportar gran cantidad de manufacturas, aunadas a las materias primas que tradicionalmente exportaba, tuvo en esos años un saldo favorable en su balanza comercial.
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¿Para qué sirven las convenciones?
Entre los instrumentos que los telefonistas han creado, para hacer efectivo el principio señalado en el artículo 22 de sus Estatutos que plantea que la “soberanía radica en la voluntad expresa de sus miembros activos permanentes y eventuales”, están las Asambleas y Convenciones, con la intención de que los acuerdos tomados por los telefonistas en forma democrática , es decir, con la participación de todos los integrantes del STRM, sean llevados a la práctica, para de ésta manera, garantizar el funcionamiento de su organización sindical.
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Telefonistas en Veracruz
México D.F. a 10 de Septiembre de 2008
Compañero Dagoberto Beltrán Chan.
Director de él “Restaurador 22 de abril”.
PRESENTE:
Compañero Beltrán por medio de este conducto quiero hacer la siguiente aclaración:
En el número correspondiente a los meses de julio y agosto de 2008 de nuestra revista Restaurador 22 de Abril, en algunas fotografías publicadas en sus páginas interiores, se nos informa que la Sección 5 de Veracruz “Celebró el 58 aniversario de su formación”, lo cual desde mi punto de vista es un error por las siguientes razones.
Como sabemos, en 1903 el empresario de origen húngaro José Sitzenstatter obtuvo del gobierno de Porfirio Díaz la concesión para instalar en la Ciudad de México una empresa para que explotara el servicio telefónico, sin embargo, dos años más tarde éste empresario traspasó su concesión a la Mexikanska Telefonaktiebolaget Ericsson, que mas tarde sería autorizada para cambiar de nombre por el de Empresa de Teléfonos Ericsson, entrando en operación en 1907.
Años más tarde, en la década de los veinte, este mismo empresario reapareció como Director de la Compañía Constructora de Teléfonos de Veracruz, quién al poco tiempo tuvo que hacer frente al descontento de sus trabajadores, por lo que al no existir organización sindical, despidió a la telefonista Cristina Richter por solicitar un aumento de salarios del 40% para ella y sus compañeras.
Ahora bien, como consecuencia de la renovación de las concesiones que hizo el gobierno mexicano tanto a la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana como a la Empresa de Teléfonos Ericsson en 1926, ésta iniciaron una feroz lucha por obtener las concesiones que pequeñas empresas telefónicas tenían en el país, como era el caso por ejemplo el de la Compañía Nacional de Teléfonos de Pachuca que fue adquirida por la Ericsson, y el de la Compañía de Teléfonos Sepúlveda en La Laguna, en donde los telefonistas se organizaron en 1929 alrededor de la Unión de Telefonistas, Operadoras, Operarios y Celadores de la Empresa de Teléfonos Ericsson de La Laguna, por lo que no es de dudar que la misma suerte corriera la Constructora de Teléfonos de Veracruz, dados los antecedentes del propietario de la concesión.
Este hecho hizo que al mismo tiempo, el Sindicato de Obreros y Empleados de la Empresa de Teléfonos Ericsson fundado en la Ciudad de México en 1921, iniciara los trámites para sindicalizar a todos los telefonistas de las empresas que iban pasando a manos de la empresa sueca, por lo que a finales de los años veinte, el Sindicato encabezó importantes movimientos con el fin de tener un Contrato Colectivo que beneficiara a todos los telefonistas que laboraban en la Ericsson.
Por lo tanto y de acuerdo con los estatutos, nuestros compañeros veracruzanos quedaron registrados como la Sección 2 del Sindicato de Obreros y Empleados de la Empresa de Teléfonos Ericsson. No fue sino hasta la unificación del Sindicato de Trabajadores de Teléfonos de México (antes Ericsson) y del Sindicato Nacional de Telefonistas en agosto de 1950, que los telefonistas de Veracruz, quedaron registrados como la Sección 5 del nuevo Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana.
Además, quiero señalar que antes de 1950, también existía en Veracruz una sección de telefonistas pertenecientes al Sindicato Nacional de Telefonistas, como trabajadores de la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana.
Por las razones arriba señaladas, considero entonces que nuestros compañeros de Veracruz no solo deben celebrar 58 años de existencia, sino casi 80 de lucha sindical.
Compañero Beltrán, esta situación nos obliga a investigar mas, sobre todo en los archivos y periódicos de aquella época, pues solo de esta manera podremos recuperar nuestra memoria histórica, que como ya lo señale es amplia, y por que al paso de los años, poco a poco se va olvidando.
Por su atención de antemano le doy las gracias.
Atentamente
José García Méndez
Jubilado