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A la clase obrera…

A LA CLASE OBRERA.

A LOS TRABAJADORES DEL PAIS.

A LOS SINDICATOS Y ORGANIZACIONES DEMOCRATICAS.

 

Uno más Uno, viernes 15 de agosto de 1980.

 

En las últimas semanas se han venido desarrollando una serie de acontecimientos en nuestra organización; frente a ellos, diversos medios de comunicación (la prensa, la radio, la televisión, etc.), las autoridades de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social, el Congreso del Trabajo y diversos editorialistas han dado sus puntos de vista. Frente a ellos, la planilla de los trabajadores “color naranja” manifestamos ante la base telefonista, a la clase trabajadora y a la opinión pública lo siguiente:

1.- Después de 14 años en que nuestra organización estuvo sometida a un grupo de personas que traficaban con nuestros derechos laborales y habiendo desterrado todo tipo de vida sindical, donde los trabajadores hiciéramos uso de las prácticas democráticas  que dan un verdadero contenido de lucha que todo sindicato debe tener como principio final de su existencia, en 1976 los entonces 22 mil trabajadores telefonistas hicimos valer nuestra decisión de recobrar nuestra organización sindical e iniciar el penoso camino de convertir a nuestro sindicato en un instrumento de lucha para los intereses mediatos e inmediatos de los trabajadores.

Cuatro años han pasado donde ha estado presente la lucha por defender nuestros intereses económicos, mejorar nuestras condiciones laborales y avanzar paralelamente en la construcción de un sindicato democrático. Frente a los diversos problemas laborales como son las revisiones de convenios departamentales y la firma de otros donde no existían; la lucha por aumentos de salario y las revisiones contractuales, además del pronunciamiento de nuestro sindicato frente a los diversos problemas del país, sólo se ha podido conseguir en la medida en que los trabajadores, hemos entendido que la lucha por la democracia es fundamental para mejorar nuestras condiciones de vida y de trabajo. En este proceso hemos  venido  comprendiendo que la fuerza real de los trabajadores está en la organización y las formas de lucha adecuadas para cada periodo de nuestro movimiento, que los representantes sindicales, si bien juegan un papel en cuanto tienen responsabilidad de señalar sus puntos de vista sobre los problemas de nuestra organización, en última instancia son los trabajadores quienes dicen la última palabra y para ello la discusión libre y abierta de las diferentes ideas, de los diferentes puntos de vista y proyectos políticos es la mejor garantía de la defensa de nuestros intereses.

Nos hemos opuestos a que vuelvan los tiempos en que un grupo decida por la voluntad de los trabajadores, nos hemos opuesto a prácticas sindicales que en el pasado sirvieron para someternos vuelvan  a ser aplicadas en nuestra organización. Por ello nos opusimos a que en la convención de 1977, con métodos que nada tuvieron de democráticos, se ampliara el periodo de 2 a 4 años del actual Comité Ejecutivo Nacional, nos opusimos a que se firmara “bajo la responsabilidad” del secretario general la revisión salarial de 1977.

Reprobamos y nos opusimos que bajo cargos inventados y violando los estatutos se sancionaran 79 compañeros, la mayoría de ellos representantes sindicales que han estado jugando un papel importante en la lucha por la democracia sindical y la defensa de nuestros intereses laborales, por el único “delito” de disentir con el Comité Ejecutivo Nacional y Comité Nacional de Vigilancia. Como se ve, la lucha para que sean realmente los trabajadores quienes decidan no ha sido un camino fácil en estos últimos cuatro años de vida sindical en nuestra organización.

2.- En la lucha por conseguir mejores condiciones de vida y hacer frente a la crisis económica, nos hemos visto obligados a recurrir a la huelga, no porque a los trabajadores nos guste, ni porque seamos “subversivos” sino por la negativa  de conceder lo que con justeza reclamamos en las revisiones salariales y contractuales, y la creación de un convenio para las compañeras. Al hacer uso del derecho de huelga, plasmado en nuestra constitución, nos hemos visto obligados a defender este derecho, que no es sólo una bandera de nuestra organización sino de todo el movimiento obrero.

En nuestra lucha por la aplicación y defensa de nuestros intereses laborales así como la defensa del derecho de huelga, hemos contado con pronunciamientos del Congreso del Trabajo y de organizaciones sindicales que se mantienen fuera de él. Esta experiencia nos ha enseñado que frente a los problemas de los trabajadores es necesario recurrir a la solidaridad de todo movimiento obrero sin sectarismos y poniendo por delante los intereses de los trabajadores. El respeto entre las organizaciones sindicales y la solidaridad y la ayuda mutua son básicas para el avance de nuestras conquistas laborales. Así como hacer frente al injusto reparto de la riqueza que priva en el país.

En los estallamientos de huelga, en las movilizaciones que hemos realizado han estado presentes las presiones de todo tipo. En lo interno hemos tenido que vencer la resistencia de algunos representantes sindicales y luchar porque sea respetada la voluntad de los trabajadores, así como manifestamos en contra de aquellos compañeros que, sirviendo a intereses ajenos, se han prestado a prácticas de esquirolaje el seno de nuestra organización; en lo externo hemos tenido que manifestarnos y oponernos a la violación del derecho de huelga.

3.- Por primera vez y después de 18 años, los trabajadores del STRM, entramos en un proceso electoral para elegir a nuestra representación sindical la primera reforma estatutaria promovida por el CEN para ampliar su periodo nada más retardó lo inevitable. Que los trabajadores hicieran uso del voto directo, universal y secreto para nombrar a la dirección sindical de nuestra organización, a pesar de que el ejercicio de este derecho tendría enormes obstáculos que había que vencer:

a) El CNE y el CNV en 1979 promovieron una nueva reforma, que les permitió “por esta única vez” participar en el proceso electoral. Esta reforma, igual a la de 1977, no fue el producto de una amplia discusión en la base y las prácticas antidemocráticas nuevamente se repitieron.

b) Una vez iniciado el proceso electoral, las violaciones a los estatutos y a la convocatoria no se hicieron esperar. No se elaboró el padrón electoral, en lugar de 28 boletas, una para cada puesto sindical como lo marcan los estatutos, solo se presentaron tres en las votaciones, las urnas fueron sacadas de los recintos sindicales y llevadas a los centros de trabajo sin la presencia del represente de la planilla de los trabajadores (“Naranja”) al que no se le consiguió permiso para que estuviera presente en las votaciones, el CEN y el CNV haciendo uso de la representación y la utilizaron para su campaña electoral amén de una cantidad de irregularidades que se cometieron en el mismo proceso.

Bajo estas condiciones no se puede hablar de que en este proceso electoral predominó la democracia. La mayoría de la base manifestó su desconfianza, prueba de ello, fue la abstención aproximada de diez mil trabajadores. Una vez concluida la votación, el CEN proclama su triunfo a la base, ante la base y ante la opinión pública con datos falsos. Posteriormente ocho miembros de la Comisión Nacional Electoral desconocieron el proceso electoral y los seis miembros restantes avalaron dicho proceso. Más tarde, el 26 de julio, el CEN convocó a una reunión de secretarios generales y delegados departamentales con el fin de convencer a la opinión de que la planilla verde había triunfado y descalificar a los ocho miembros de la comisión electoral. Acto seguido se visita al Congreso del Trabajo, al secretario general de la CTM Fidel Velázquez y, al secretario del Trabajo y Previsión Social para solicitar que no intervengan fuerzas extrañas en nuestro sindicato. Lo mismo hacen posteriormente los ocho miembros de la comisión electoral.

La base ha estado ausente en todos estos acontecimientos: “todos proclaman que los trabajadores decidan, sin embargo nadie acude a ellos para que en forma democrática se ventile el problema electoral de nuestra organización “.

La planilla de los trabajadores frente todos estos acontecimientos que se han venido dando en el proceso electoral manifiesta:

1.- Que en las elecciones para elegir al CEN, CNV y presidentes de las comisiones nacionales se violaron flagrantemente nuestros estatutos. Por lo tanto no se puede declarar ninguna planilla triunfadora.

2.- Frente a la comisión nacional electoral que actualmente se encuentra dividida, ni los ocho miembros pueden convocar a nuevas elecciones ni los seis restantes pueden avalar el triunfo de una planilla.

3.- Es la convención, como órgano máximo de gobierno de nuestro sindicato, quien debe tomar las medidas convenientes para llevar adelante un nuevo proceso electoral donde prive la democracia y realmente sean los trabajadores quienes elijan libremente a nuestra próxima representación sindical.

4.- Que los problemas internos de nuestra organización los deciden los trabajadores sin ninguna intromisión extraña venga de donde venga, pues los telefonistas hemos madurado lo suficiente para aceptar ninguna tutela en los asuntos de nuestra organización.

5.- Por lo tanto, la convención debe nombrar una nueva comisión nacional electoral que garantice que las nuevas elecciones se apeguen a lo estipulado en nuestros estatutos, para que el comité electo obtenga el consenso mayoritario de las bases de nuestro sindicato.

Por otra parte, mucho se ha hablado de que nuestro sindicato se encuentra en peligro, la planilla de los trabajadores no duda de esto, la reinstalación de personas ligadas a los representantes sindicales destituidos en 1976 y el sostenimiento en nuestro sindicato de personas que en la pasada huelga se prestaron a prácticas de esquirolaje, ha dado pie que en nuestra organización se desarrolle un grupo de gentes que indudablemente no representan los intereses de los trabajadores sino los del capital.

La forma de oponernos a los peligros que acechan a nuestra organización y por tanto fortalecer a nuestro sindicato sólo podemos encontrarlas en la organización y movilización de los trabajadores. Tener claro que construir un sindicato al servicio de nuestros intereses no puede quedar en manos de un grupo por muy buenas intenciones se tenga que combatir al esquirolaje y a quienes pretenden regresar a los viejos tiempos, solo se puede lograr en la medida que los trabajadores tengan conciencia de lo dañino que representa que nuestro sindicato caiga en manos de esas personas, de ahí la necesidad de hacerle frente en todos los departamentos, centros de trabajo, secciones foráneas e ir fortaleciendo en este proceso a nuestra organización. De ahí la importancia de preservar y profundizar las prácticas democráticas y la condena de todo aquello que para defender intereses de grupo pretendan pasar por encima de la voluntad de los trabajadores.

 

¡¡Por nuevas elecciones democráticas!!

¡A las injerencias extrañas en nuestro sindicato opongamos la organización de los trabajadores!

¡Contra todo tipo de prácticas que lesionen la unidad de nuestra organización!

¡Contra las prácticas de esquirolaje que minan el derecho de huelga y la fortaleza de las organizaciones sindicales!

 

                                 Unidad, democracia y lucha social.

                               Planilla de los trabajadores (Naranja)

 

México D.F. 16 de agosto de 1980.

 

Responsables de la publicación: Oscar Castillo Gómez, Francisco Sandoval Carranza.

¿Por qué el desalojo?

El 5 de junio a las 5.45 hrs. Por medio de un gran operativo de la fuerza pública, fuimos desalojados de nuestro recinto sindical. Seis horas más tarde H.J. escoltado por la plícia, toma posesión del local sindical

Este acontecimiento viene a ser la culminación de una serie de maniobras que el CEN ha venido haciendo con la finalidad de atraer la atención de la opinión pública así como de golpear al movimiento democrático “8 de marzo”.

H. J., a falta de un apoyo real de los trabajadores, está recurriendo a las únicas armas que le quedan:

1.- La agresión física a los compañeros en los centros de trabajo, los insistentes llamados a las autoridades para que ordenen la represión al movimiento (14 de marzo, cuando fueron a ver a Martínez Domínguez), así como la acción del 5 de junio al solicitar abiertamente a la policía el desalojo violento de las instalaciones sindicales.

2.- El empleo de la mentira como forma de “convencer” a los trabajadores; muestra de ello es cuando en los centros de trabajo ha mencionado que el 1º de mayo lo apoyaron 12 mil trabajadores cuando solo eran mil compañeros. Está levantando una nueva campaña de calumnias en contra del Movimiento “8 de marzo” para “demostrar” que prácticamente destruimos el edificio sindical y robamos (según él) gran cantidad de material, cuestión totalmente falsa.

Estas dos tácticas (la agresión y la mentira), están llevando a nuestra organización a un punto tal que los trabajadores vemos con mayor claridad que es una necesidad luchar por unir a nuestra organización. Sin embargo, los trabajadores también sabemos que esta unidad no se puede dar si no es por medio del recuento que determine quién tiene la mayoría de trabajadores de su lado.

Todas estas maniobras están encaminadas a confundir y amedrentar a la base. Así se explican las convenciones sin quórum, mini-mítines, compromisos con el gobierno con el fin de desviar la atención de los telefonistas y hacerse pasar como el agredido y mártir.

Por nuestro lado, hemos demostrado a las autoridades una y otra vez que somos la mayoría y que estamos dispuestos a ratificar esa mayoría mediante el recuento, y lograr una dirección del STRM que realmente defienda nuestros intereses como trabajadores.

Rechazamos categóricamente que la intromisión de la fuerza pública sea la solución para el conflicto y los hechos del 5 de junio demuestran tanto la incapacidad de H:J: para alcanzar el apoyo de los trabajadores así como su carácter abiertamente charro y vendido a autoridades como la Secretaría del Trabajo.

¡No a la intervención policiaca en asuntos sindicales!

¡Recuento democrático!

¡Reinstalación de los despedidos!

 

 

Coordinadora Democrática Nacional de Telefonistas.

(Comisión de Prensa y Propaganda).

15-06-82.

 

Precisiones sobre el conflicto

STRM: un sindicato en peligro.

 

Octavio Rodríguez Araujo.

Uno más Uno, domingo 13 de junio de 1982.

 

Quedan aún algunos problemas pendientes en el conflicto de los trabajadores telefonistas, aparentemente la única alternativa para el STRM es su unidad interna. Se impone en su interior una tregua así como un recuento nominal, a fin de que el sindicato pueda enfrentarse unido, a la empresa.

 

El Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) está en peligro de ser debilitado, quebrado de algún modo y controlado, una vez más por el Estado y el capital privado. Peor es la situación después del error de Francisco Hernández Juárez al rescatar el local sindical en manos de la disidencia, gracias a los granaderos y a la policía preventiva del Distrito Federal, representante, ésta sí, del poder instituido gubernamental que nada tiene que ver con los conflictos internos de un sindicato.

La situación del sindicato es un hecho por lo que su división se refiere y a la secuela implicada en términos de debilitamiento. Es un hecho en el que algunos quieren encontrar culpables entre los mismos trabajadores presentando la lucha intersindical en blanco y negro, en buenos y malos: típico maniqueísmo lineal que elude la enorme complejidad de la lucha por la democracia obstaculizada neciamente por lo que parece ser, como una comprobación más, la famosa ley de hierro de las oligarquías de que hablara Michels a principios del siglo.

Tal maniqueísmo suele ser recurso de quienes quieren interpretar las luchas sociales en una sola pista con base en el supuesto de que el statu quo, garantizado por la dirigencia de un sindicato, o de un partido, si fuera el caso, es la mejor manera de enfrentar al enemigo de clase. Esta concepción, de onda y oculta raíz conservadora, es la que ha permitido por ejemplo que Fidel Velázquez y otros líderes charros se hayan mantenido al frente de miles de sindicatos desde hace varias décadas. Con el argumento de que la división de un sindicato facilita las ofensivas empresariales, tiende a justificarse al grupo dirigente, independientemente de que sea mayoritario o minoritario, maniobrero u honrado, democrático o antidemocrático. Si bien es cierto que la división de un sindicato favorece a la empresa, puesto que la organización de los trabajadores se debilita y con ello su capacidad para enfrentar las agresiones de la patronal, no menos cierto es que la unidad en abstracto o en torno a un líder y su camarilla con probados nexos con el gobierno y sus fuerzas represivas –parte de la patronal, por cierto-, muy poco favorece a los trabajadores, cuyos intereses jamás podrán ser los mismos que los de sus explotadores, por más que el país esté en crisis y la sucesión presidencial en puerta.

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El Paro en Teléfonos: Se ha dado un duro golpe al charrismo sindical

Frente Popular Independiente.

Año III, México D.F., NÚM. 15, agosto de 1976.

 

A partir de 1967, en Teléfonos de México no se daba un movimiento de la magnitud del paro nacional de labores que estallaron por la vía del hecho los trabajadores telefonistas el día 22 de abril y que levantaron triunfantes 3 días después.

Desde antes de 1950, fecha de la fundación del sindicato, la explotación, las pésimas condiciones de trabajo, los bajos salarios, el trato despótico y la manipulación política de los charros del sindicato contra los trabajadores telefonistas, fueron en aumento y constituyeron en el fondo, las causas inmediatas del descontento telefonista que originó el gran estallido de masas el pasado mes de abril.

El jueves 22 por la tarde, horas antes de que estallara el paro telefonista en todo el país, los trabajadores de la sección Matriz recibieron la noticia de que Salustio Salgado, Secretario General del Comité Ejecutivo del STRM (Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana) ya había firmado el contrato, transando así con la demanda más sentida de los trabajadores: 15% de aumento de los salarios en lugar del 35%. Al saber esto, los telefonistas de diversos departamentos se trasladaron al local del Sindicato con el fin de protestar; en él todavía se encontraba los delegados de todas las Secciones de la República. De todos, solamente algunos delegados honestos lucharon por impedir que se consumara la burla, sin embargo, no lo lograron y el convenio fue firmado.

La noticia de que la burla se había consumado corre rápidamente entre la base de los telefonistas. Las operadoras de las líneas 02, 04, 05 y 09 estallan paros casi simultáneos. En unas cuantas horas el paro se generaliza en todo el Distrito Federal y posteriormente en toda la República. El viernes 23 se decreta Asamblea Permanente donde la mayoría de la base acuerda la destitución del Comité Ejecutivo encabezado por Salustio Salgado, eligiendo en ese mismo instante a un nuevo Comité Ejecutivo democrático.

Lo sorpresivo y amplio del paro desconcierta a los charros, a las autoridades del trabajo y al Gobierno. El viernes 23 el Secretario del Trabajo Carlos Gálvez Betancourt que el “paro de Teléfonos es ilegal”; por su parte el Congreso del Trabajo y la CTM (Confederación de Trabajadores de México), a través de su máximo representante Fidel Velázquez declaran que el “paro de Teléfonos es un paro loco promovido por (Rafael) Galván STEUNAM y la Liga Comunista 23 de Septiembre”. La contestación de los telefonistas es rotunda: ¡¡ Destitución del Comité Ejecutivo charro o no levantamos el paro!! Gálvez Betancourt amenaza con “actuar con energía para mantener la legalidad y los interese públicos de la nación”. Los trabajadores continúan sesionando en Asamblea Permanente y la decisión, una y otra vez es: ¡Nadie entra a trabajar en tanto no se deponga a la dirección sindical charra! La empresa desesperada empezó a maniobrar; ofrece $1.000.00 por hora a quienes regresen a trabajar buscando con esto debilitar la firmeza de los trabajadores telefonistas, pero principalmente de las operadoras, pero la respuesta que recibe la empresa es el desprecio y el rechazo de la base: “que la empresa guarde ese dinero que nos lo tendrá que pagar después en mensualidades”.

El movimiento avanza y los charros delas secciones más importantes del país como Puebla, Monterrey, Guadalajara, etc. Son destituidos por las masas trabajadoras y son nombrados inmediatamente nuevos representantes. Ante tal situación las autoridades del trabajo se ven obligadas a dialogar con los telefonistas democráticos buscando una solución al conflicto, llegándose al acuerdo de realizar a partir del día 11 de mayo, un referéndum donde los trabajadores telefonistas con su voto eligieran El Comité Ejecutivo representado por el charro Salustio Salgado y el Comité Ejecutivo Democrático encabezado por Hernández Juárez. Así, el lunes 26 se levantó el paro, iniciándose los preparativos para el Referéndum del día 11 donde finalmente triunfara el Comité Democrático en forma aplastante por 14 mil votos a favor y 1.813 en contra.

LAS CONDICIONES LABORALES Y SINDICALES EN LA EMPRESA TELÉFONOS DE MÉXICO.

Los trabajadores telefonistas son un sector del proletariado industrial moderno que al igual que los ferrocarrileros, petroleros, electricistas, mineros textiles, etc. Se concentran en grandes centros de trabajo y venden su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Sin ellos la empresa Teléfonos de México no obtendría las gigantescas ganancias que obtuvo por ejemplo el año pasado: 853.6 millones de pesos libres de todo gasto, ocupando el primer lugar entre las empresas más grandes del país.

Por otro lado, de los 3722 millones de pesos por concepto de gastos la empresa Teléfonos de México gastó sólo el 49% en pagos de salarios a los trabajadores telefonistas. Este hecho desmiente los argumentos empresariales manejados durante el paro de abril de que “…aumentar los salarios en un 35% obligará a elevar el costo del servicio telefónico al público”.

La empresa Teléfonos de México S.A., desde 1975 es en el 51% de sus acciones propiedad del Estado. En este sentido los trabajadores telefonistas se enfrentan a un patrón poderoso que ha venido cubriendo las espaldas a los empresarios privados de TELMEX sirviéndoles de aval para solicitar créditos al extranjero.

Tener de patrón al Estado de ninguna manera ha mejorado las condiciones laborales y sindicales de los trabajadores telefonistas. Al contrario, los horarios de trabajo de las operadoras son inhumanos al grado de que actualmente se ven obligadas a permanecer durante casi todo el día en el centro de trabajo; el salario no había sufrido (antes del paro) ningún aumento en dos años cuando el costo de la vida se aumentó en esos dos años en un 200% aproximadamente; las malas condiciones de trabajo se manifiestan en los técnicos, en el prematuro deterioro de su vista, las operadoras sufren el ruido constante de los equipos que dañan los oídos causando constantes crisis nerviosas, el mal equipo de seguridad ocasiona constantes accidentes y hasta muertes en los conmutadores y larga distancia, etc.

Por otro lado la represión y el control político del charrismo sobre los trabajadores ha sido de lo más duro y de eso se encargó Salustio Salgado Guzmán. En 1962 Salustio Salgado ocupo el puesto de Presidente de la Comisión Autónoma de Justicia del STRM aplicando en aquel entonces la cláusula de exclusión a 12 trabajadores que participaron en el Movimiento Telefonista de ese mismo año. De 1970 a 1976, siendo Secretario General ocupo el puesto de Presidente del máximo organismo charro del país: el Congreso del Trabajo. Además, durante su gestión como Secretario estableció en los estatutos del STRM la pertenencia automática al PRI de todos los trabajadores sindicalizados e incorporo al STRM al Congreso del Trabajo. En cuanto a otras reformas estatutarias para garantizar el control charro del STRM estableció la posibilidad reelección  y el alargamiento de 2 a 4 años de la gestión sindical.

LA SIGNIFICACIÓN DEL MOVIMIENTO TELEFONISTA DE ABRIL PASADO.

El movimiento democrático de los trabajadores telefonistas de la República Mexicana, se sitúa por sus formas de lucha, por su esencia democrática, por el momento en que emerge y por sus alcances, en una posición política de avanzada en relación a otros movimientos sindicales de la misma importancia. La huelga por la vía del hecho de abril pasado chocó de inmediato con la política del gobierno de Luis Echeverría de oponerse a las “huelgas locas” y echo por tierra a la fraseología burguesa que intenta detener a la clase obrera en la utilización de la huelga como arma para conquistar sus reivindicaciones económicas y políticas. El paro de abril pasado muestra el rebasamiento de la legalidad burguesa por parte de los trabajadores, cuestión que se dio al nivel que se dio de suma importancia pues en los últimos años sólo había sido utilizada por algunas fábricas y organizaciones sindicales a nivel local como la Comisión Coordinadora de Trabajadores de Naucalpan. El paro por la vía del hecho seguirá siendo utilizado por la clase obrera de nuestro país en la medida en que la burguesía impida que se ejerza libremente el derecho de huelga. “En todo el país, los trabajadores empiezan a ejercer el derecho de huelga por la vía del hecho y al margen de sus direcciones charras, esto demuestra que el derecho de huelga no es una petición, ante todo es un ejercicio impuesto por la decisión de lucha de los trabajadores…” (Plataforma de lucha del Frente Popular Independiente del Valle de México.

El movimiento fue sostenido y llevado al triunfo por el conjunto de trabajadores y por tanto el movimiento pertenece a la base de los telefonistas en primer lugar y no solo a determinadas personalidades. Sí antiguamente sólo participaban unas cuantas personas en la vida política del STRM, hoy se debe ejercitar la más amplia democracia, promover la participación de todos los trabajadores a través de asambleas de cada sección y departamento que se haga irreversible el proceso democrático del STRM y resista los embates del charrismo que seguramente ya se prepara para atacar. Durante la huelga pasada la participación amplia de los trabajadores en la toma de decisiones a través de la Asamblea Permanente, manifestó la democracia de las masas y rompió con la antidemocracia de los charros. Por otra parte, la posición que asuma el movimiento telefonista respecto al Estado, ser importante pues seguramente influirá en el resto del Movimiento Obrero Campesino y Popular de nuestro país es evidente que en el seno de este movimiento existen tendencias que no asumen una posición clara frente al Estado.

Es cierto, el rumbo que asuma el STRM dependerá fundamentalmente de las tendencias políticas que se mueven en su seno y de la fuerza e influencia que vayan adquiriendo cada una de ellas entre la base de los telefonistas. A partir de la huelga se han hecho públicos algunos documentos que muestran heterogeneidad en la posición del Movimiento Democrático Telefonista. Algunos, por ejemplo el desplegado de los telefonistas de fecha 10 de mayo (Excélsior) asume una posición independiente y consecuente pero por otro lado se hacen públicas algunas declaraciones en el periódico, que aun cuando hay que confirmarlas, se inclinan a posiciones derechistas en cuanto que no asumen una posición clara frente al Congreso del Trabajo y el Estado. Asimismo, es claro que un su intención de recuperar el control del STRM, los charros, el PRI y el gobierno tratarán si no es que ya lo están haciendo, de infiltrarse en el movimiento presentándose como democráticos y tratando de confundir a la base. La independencia del Movimiento Telefonista frente a la burguesía y su Estado dependerá de la democratización real del Sindicato y de adoptar una táctica de lucha que contemple la vinculación y unidad del Movimiento Telefonista con otras luchas de la Clase Obrera, los Campesinos, los Colonos y los estudiantes frente a nuestro enemigo común: La gran Burguesía y su Estado.

Hoy, las tareas inmediatas que tiene el Movimiento Telefonista para democratizar e independizar plenamente al STRM y que la mayoría de los telefonistas impulsan consisten en reformar los estatutos en el sentido de desafiliar inmediatamente a los trabajadores del PRI y el Gobierno; otorgar mayor autoridad a los organismos sindicales de base y secciones, restringiéndoselo al Comité Ejecutivo, formar un nuevo Comité Ejecutivo más representativo en cuanto a las diferentes secciones de la República y asumir una posición frente al Congreso del Trabajo y el Estado. Naturalmente que todo esto se está poniendo a discusión entre las amplias bases de telefonistas y, seguramente en la próxima Convención Nacional del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana se marcará una nueva etapa tanto en la lucha de las masas telefonistas como en los movimientos democrático y revolucionario. Toda esta amplia participación de las bases telefonistas en las decisiones, por pequeñas que sean tendrán como resultado que dentro del Sindicato se profundice la Democracia. De otra forma cualquier cambio será solamente formal y tarde o temprano el charrismo, la corrupción, la traición y el control de la empresa sobre los trabajadores y el Sindicato se enseñoreara nuevamente.

 

Sigue sin Aclararse el Problema de los Terrenos

TELEFO-NOTICIAS.

Órgano del Bloque Pro Democracia telefonista.

Núm. 4                                Noviembre de 1954.

Sigue creciendo la incertidumbre y cundiendo el temor entre los compañeros que han adquirido terrenos en la ampliación de la Colonia Sinatel, los que con justa razón piden al Comité les informe del estado que guardan las gestiones (si es que han hecho algunas), para la obtención legal de dichos terrenos que tan arbitrariamente fueron valuados.

La gran actividad desplegada para la venta de ellos, ha desaparecido tan pronto como fueron recabadas las firmas de los compañeros interesados autorizando los descuentos, y que ahora resultan sorprendidos, ya que se acerca el principal descuento de Diciembre que prácticamente los deja sin ahorro y sin embargo no han obtenido hasta ahora, en sus frecuentes visitas al recinto sindical ninguna aclaración satisfactoria al respecto.

¿Considera acaso el Comité que no merece ningún respeto el sacrificio que se imponen los compañeros, que anhelan tener un hogar?

¿O es efectivamente como preguntamos en nuestro número anterior, un filoso negocio?