EL GUAJOLOTE


ORGANO DEL MOVIMIENTO DEMOCRATICO TELEFONISTA (1975-76)

“En el largo periódo del charrismo, grupos combativos de telefonistas resistían a la dictadura sindical y daban las alternativas en publicaciones independientes, haciendo caso omiso al pasquín idiotizante que en aquel entonces publicaban (1o. de Agosto)… que con claro sentido de clase preparaban las condiciones para la movilización y el despertar de nuestro sindicato”.

Con esta palabras, los telefonistas opositores a la dirección sindical encabezada por Salustio Salgado Guzmán, iniciaban la publicación de un pequeño periódico donde dejarían constancia del papel que deberían de jugar estos trabajadores en el ya inminente movimiento que los llevaría a derrocar a la dirección sindical de su organización.

En efecto, como consecuencia de la firma del contrato colectivo de trabajo a espaldas de los trabajadores en abril de 1974, los telefonistas empezaron a manifestar su descontento, no pudiendo canalizarlo a formas más avanzadas de organización, empezaron por crear los instrumentos que les permitieran enfrentarse a la dirección sindical, hecho que hizo posible la aparición del periódico, al que bautizaron como “EL GUAJOLOTE”.

En mayo de 1975 apareció en los diferentes centros de trabajo un periódico cuyo nombre era significativo por las razones que se expondrán más adelante, “EL GUAJOLOTE”. El contenido de éste periódico fue la demanda contra el charrismo sindical, representado en aquel momento por Salustio Salgado; la exposición y denuncia de las pesimas condiciones de trabajo en que se encontraban los trabajadores telefonistas; el papel que representaban en el proceso de la producción; el grado de conciencia que poseían y ubicaban a quienes eran sus aliados en la lucha y quienes sus enemigos. Además empezó a difundir otras luchas obreras para que los telefonistas desarrollaran su solidaridad con sus hermanos de clase.

Una cuestión de primera importancia, fue que en las páginas de “EL GUAJOLOTE”, se planteaba después de muchos años, que los telefonistas también formaban parte de la clase obrera.

De “EL GUAJOLOTE” se publicaron cuatro números entre mayo de 1975 y marzo de 1976. Los artículos publicados se titularon: “Quienes son nuestros enemigos, quienes nuestros amigos y cúal es nuestra fuerza”; “Centrales en pie de lucha”; “Sobre el aumento salarial”; “El primero de Mayo”, en el número uno.

En el número 2 de junio de 1975: “¿Porqué EL GUAJOLOTE?”; “Construcción, consolidemos nuestras conquistas para avanzar”; “¿Quienes somos?”; “Centrales: experiencias obtenidas en la lucha” y “Año internacional de la mujer: liberación del hombre y la mujer”.

En el número 3 de agosto del mismo año aparecieron, “La Convención debe ser el órgano máximo del sindicato, no un instrumento de los Charros”; “L.D. Nacional: organizarse y luchar único camino para las operadoras”; “¿Quienes somos?”; “Conozcamos otras luchas: todos somos obreros y tenemos el mismo enemigo”.

Y en el número 4, último número publicado en marzo de 1976 apareció el siguiente artículo, “Los telefonistas con los Electricistas democráticos: solo el apoyo de las masas hará triunfar a los electricistas”, el número se completó con dos desplegados dirigidos al Presidente de la República, publicados en diferentes diarios de la capital y de la Ciudad de Puebla, en apoyo a los telefonistas del departamento de Centrales Mantenimiento.

El formato de “EL GUAJOLOTE” era muy sencillo, media 21 cms. x 28 cms., a dos columnas y con cuatro páginas, su sostenimiento empezó siendo por cooperación, pero poco después se estableció que la cooperación fuera de un peso.

Más significativo será recordar con las mismas palabras de sus editores, los motivos que hicieron posible la aparición de “EL GUAJOLOTE”; “Durante mucho tiempo, los telefonistas hemos sido pisoteados en nuestros derechos. En nuestros centros de trabajo no existe la menor libertad de reunirnos para intercambiar ideas sobre los problemas que nos aquejan, de intercambiar experiencias para organizarnos mejor y defendernos de las arbitrariedades que a diario se presentan por parte de la explotación de que somos víctimas. La dirección del sindicato está en manos de líderes vendidos que pisotean y trafícan nuestros derechos. Cada revisión de convenios departamentales, cada revisión de contratos se hace a nuestras espaldas. No existen asambleas y cada compañera o compañero que protesta se le rescinde su contrato ante la mirada e impotencia de los demás trabajadores porque no podemos hacer nada, porque no estamos organizados.

“La prensa que circula en nuestras secciones foráneas y en nuestros centros de trabajo, no es la prensa de los trabajadores, es la prensa de nuestros enemigos; en ella se habla de banquetes, de reuniones sociales, de comidas y encerronas de los grandes jerarcas de la empresa, de los Charros, de la reina de Inglaterra, más no se habla de los problemas que tienen nuestras compañeras que estan siendo explotadas en el conmutador y en las oficinas, de nuestra miseria, de nuestra hambre. Tampoco se habla de como organizarnos mejor.

“Pero las cosas no siempre permanecen iguales, sino que cambian, es decir, que la situación de los telefonistas tiene que cambiar al empezar a organizarnos, al alcanzar de manera organizada nuestros esfuerzos para enfrentar la situación. De ahí que este periódico pretende cumplir esa necesidad, de que en sus páginas los trabajadores telefonistas expresemos nuestras ideas, nuestros propósitos y sea el vínculo que una las esperanzas y los anhelos de la lucha de los trabajadores de las secciones foráneas, de Red Valle de México, de Oficinas, de Automotriz, de Larga Distancia, de Centrales, de Registro, de Conmutadores, de Dibujo, de Troncales, de Comercial, de Proyectos, de Economía, étc. étc, sin olvidar a nuestros compañeros que trabajan para Teléfonos en las empresas de Terceros, donde son más explotados que nosotros, donde tienen y más, los mismos problemas que nosotros. Es hora de dar unidad a nuestras luchas, de unirnos a nuestros amigos, de comenzar a organizarnos firmemente, de hacer que éste tú periódico circule y se comente en todos los departamentos de la empresa, es tu prensa, coopera económicamente para sostenerla, en sus páginas denuncia tus problemas, dale tus escritos a quien te venda los ejemplares”, señalaban los editores en la presentación del número 1.

La aparición del número 1, produjo entre los telefonistas inquietud, sorpresa y curiosidad. En primer lugar, porque los grupos opositores al Comité Ejecutivo Nacional, anunciaban que a través de la verdadera organización de los trabajadores, se haría posible la destitución de quienes los habían sometido desde la derrota del Movimiento Restaurador de la Democrácia Sindical en 1962. En segundo lugar, se sentaban las bases para que a casi un año de su aparicion, los telefonistas se lanzaran a recuperar su Sindicato el 22 de abril de 1976.

A la sorpresa siguió la curiosidad, ¿porqué el nombre de EL GUAJOLOTE?, ¿quienes lo editan?. El nombre se tomó del trabajo clandestino “por debajo del agua” que “una u otra vez, algúnos telefonistas realizamos para completar el miserable salario que percibimos, aunque la empresa también hace ‘guajolotes’ -compañías subsidiarias- en las que explota a miles de compañeros nuestros”. De ahí el carácter clandestino del periódico, “circula de bajo del agua porque no estamos lo suficientemente organizados, ni tenemos la fuerza suficiente para luchar abiertamente y poder garantizar triunfos y no derrotas”.

¿Quién lo edita?. El periódico de los trabajadores telefonistas, se edita y se encuentra entre los propios telefonistas, de foráneas y de matriz como respuesta a los líderes charros y a la empresa.”Quienes editamos este periódico podemos decir que estamos ubicados en las bases telefonistas; que nuestra posición se ubica en toda la estructura sindical, sin pertenecer en concreto a tal o cual departamento; Sostenemos que la lucha democrática y revolucionaria se da en la [sección] Matriz y en todas las secciones del país, por lo tanto es necesario que nuestra manera de ver las cosas, vaya cambiando; veamos el conjunto de las luchas y de los problemas, y no el tal cual departamento por muy importante que sea. Por eso la sola composición de nuestro periódico rebasa los marcos localistas y es al mismo tiempo, el órgano del Movimiento Democrático Telefonista”

Los telefonistas influenciados de algúna manera por este periódico clandestino y por las luchas que se venían librando a nivel departamental como eran los casos de Programación y Recepción de Equipo, que había realizado un paro de labores de una semana, para la creación de su convenio departamental (septiembre), Centrales Construcción que luchó por más de 15 horas contra la dirección sindical en una asamblea para mejorar sus condiciones de trabajo (octubre) y Centrales Mantenimiento por la revisión de su convenio departamental a finales de 1975, se convirtieron en el foco de atención de todos los telefonistas, por lo que de manera contundente se extendió, permitiendo que los telefonistas en forma decidida arrancaran de las manos del charrismo, su organización sindical.

A continuación presentamos, los principales artículos aparecidos en las páginas de “EL GUAJOLOTE” entre mayo de 1975 y marzo de 1976, mismos que podrían ser los más representativos de su política y de su ideología, ya que en ellos destacan los problemas que más les preocupaban.
I

“Quienes son nuestros enemigos, quienes nuestros amigos y cual es nuestra fuerza: breve análisis de como debemos ubicarnos los trabajadores telefonistas”.
INTRODUCCION:

El Movimiento Democrático Telefonista se encuentra actualmente en un periódo de reunificación de sus esfuerzos, nuestra tarea inmediata consiste en organizarnos para expulsar del sindicato al charrismo, pero la reunificación de nuestras fuerzas solamente puede darse en la lucha frente a nuestros enemigos, la Empresa y los Charros.

En este sentido se hace necesario abundar en la siguiente cuestión: “Quienes son nuestros enemigos, cual es la fuerza conque contamos y quienes son nuestros aliados”.

¿Porque es importante abundar con mayor seriedad esta cuestión?. Sencillamente porque el resultado que obtengamos de este análisis, depende en gran medida el exito o el fracaso de nuestras luchas, porque en nuestro trabajo comprendemos dos clases sociales antagónicas: los propietarios de la empresa y los no propietarios, los explotadores y los explotados, nuestros enemigos y nuestros amigos. Tener claridad sobre todo lo anterior nos permitirá ubicarnos de manera más clara ante la aparente confusión que existe.

I.- LA CLASE BURGUESA O PROPIETARIA DE TELEFONOS DE MEXICO S.A.

La clase burguesa es la propietaria de la empresa, es decir, propietaria de los edificios, los equipos de oficina, de las torres de microondas, de las centrales automáticas, de los cables, de los conmutadores y de todas las herramientas y todos los intrumentos que sirven para producir el sonido, que conectado al teléfono, se vende como mercancia a las industrias, bancos, oficinas, personas, étc., que lo solicitan. La clase burguesa para producir necesita invertir una cierta cantidad de dinero para comprar medios de producción, como son los equipos, herramientas, cables, vehículos, étc., y fuerza de trabajo que los obreros le vendemos a cambio de un salario. En el siguiente paso, los pone a trabajar para obtener la mercancia, que posteriormente vende para recuperar el dinero que inicialmente invirtió, más un incremento que es la ganancia.

En otras palabras, la burguesía al iniciar el proceso productivo, tiene Dinero (D), compra medios de producción (M), al final del proceso obtiene su Dinero incrementado (D’), empleando la expresión que hemos sacado tendríamos: D<M=D’, expresado en números sería: D=100, M=100, D’=120; ¿De donde obtuvo el incremento de 20?, es decir la ganancia: Esta ganancia la saca de la explotación del trabajo de los obreros de construcción, de oficinas, de dibujo, de centrales, de las operadoras. En suma de todos y cada uno de los trabajadores empleados en Teléfonos de México. En este sentido la fuerza del trabajo que le vendemos a la empresa, paga su propio costo (el salario), pero de nuestra fuerza de trabajo, produce mucho más de lo que se nos paga (la ganancia), pero conviene antes de seguir adelante que veamos como estan distribuidas las acciones de Teléfonos de México:

a) El Estado mexicano es propietario del 51%.

b) Capitalistas privados tienen en su poder el 24%.

c) El Morgan Trust Bank, el Hannover Trust Bank y la ITT, 16%.

d) Los miles de pequeños accionistas, el 9%.

De los grupos anteriores, el que tiene en su poder el 24% de las acciones tiene también el poder absoluto de decisión en la empresa. (Las contradicciones que se presentan en los diferentes grupos de accionistas serán motivo de otro artículo que se publicará más adelante).

Al continuar nuestro análisis de la burguesía, abordaremos a los llamados empleados de confianza, los dividiremos en dos grupos: 1) Al primer grupo pertenecen los altos funcionarios de la empresa, los jefes de los departamentos, secciones de departamentos o secciones foráneas; un porcentaje importante de éstos poseen algúnas acciones en la empresa, son propietarios de las llamadas empresas de “terceros” (Indetel, Teleindustria, Sycsa, Teleconstructora, étc.); forman grupos de compadrazgo para ascender en los puestos, son circulos de elogios mutuos, aunque muchos de ellos no se hacen ilusiones de amasar grandes fortunas, porque no son propietarios de la empresa, sin embargo, no pierden la esperanza de subir a posiciones más altas de poder.

Estos empleados de confianza, cuando los obreros les tratan algúnos problemas bastante simples, defienden a “su empresa”, se sienten dueños de la misma, dan consejos a los trabajadores y al mismo tiempo los califican de flojos e irresponsables; no pierden oportunidad de hablar sobre diferentes temas del comportamiento humano, se creen cultos pero la verdad es que son ignorantes y engreídos, son verdaderos despótas locales a los que debemos combatir, porque representan los intereses de la burguesía porque son enemigos de los trabajadores. 2) tenemos otro nivel de empleados de confianza desafortunadamente minoritario, que su conportamiento es diferente, ellos -en su mayoría- han salido de las escuelas superiores con una concepción diferente de la vida, porque no solamente aprendieron (sic) las materias de su carrera, sino algo más, que les permite sentirse como lo que son, víctimas de la explotación, víctimas del capital, otros compañeros que antes fueron sindicalizados y que guardaron posiciones honestas, ellos son partidarios de un cambio no solamente en la estructura sindical, sino un cambio más profundo en la empresa y en la sociedad. Por estas características son nuestros aliados cercanos en nuestras luchas, su suerte esta ligada a nuestra suerte”. (EL GUAJOLOTE núm. 1 mayo de 1975)
II
“Desde el número anterior de nuestro periódico, empezamos por analizar las características fundamentales de la clase burguesa en TelMex. Empezamos entonces por los grandes grupos de accionistas, por los ejecutivos de alto nivel, por los propietarios de las empresas subsidiarias, por los empleados de confianza que tienen una actitud despótica hacia nosostros los obreros, y continuamos en esta ocasión con un pequeño análisis sobre los charros sindicales, que forman parte de la estructura de poder de la burguesía. Algúnos compañeros telefonistas se preguntan; ¿Como es posible que se ubique a los charros sindicales en la estructura de la clase burguesa?, consideramos válidos nuestros argumentos por las siguientes razones: Esos señores han acumulado grandes cantidades de dinero en sus cuentas bancarias, con ese dinero han comprado lujosas residencias, con ese dinero han controlado comercios como la tienda SINATEL, han comprado autos y han adquirido negocios ¿y de donde han adquirido ese dinero?. Ese dinero es producto de nuestras cuotas sindicales y de la venta y trafique de nuestros derechos e intereses, los cuales han sido cedidos a la empresa TelMex. Además son un instrumento político que sirve para mantenernos sumisos y desorganizados, por ello decimos que los charros siempre han servido a los intereses de la empresa, por lo tanto, los charros tienen un doble papel que se manifiesta de la siguiente manera.

1.-Dentro de la estructura sindical juegan un papel de control político, tratan de evitar de mil maneras la celebración de asambleas, utilizan la demagogia para confundir a los trabajadores, tratan de sobornar a los inconformes, tergiversan y esconden las informaciones, amenazan en las revisiones de convenios y revisiones de contratos, nuestros derechos son vendidos a la empresa, a cambio de todo esto la empresa les otorga su apoyo -es necesario saber que aunque ya todos lo sabemos- que ningún obrero apoya concientemente al Comité charro que padecemos, pero sí lo apoya inconcientemente mientras permanezca apático y desorganizado.

2.- Por otra parte, en la medida que van adquiriendo su capital a través del Sindicato, van tomando poder, utilizan dinero robado a los obreros para seguir manteniendo sus intereses, algúnos de ellos son propietarios de medios de producción y explotan fuerza de trabajo ajena, son patrones. Además en la propia estructura del sindicato son patrones al explotar la fuerza de trabajo de las compañeras que estan empleadas en Villalongín # 50 (y secciones foráneas) pagándoles salarios de hambre, recibiendo además un trato despótico en las labores que desarrollan, también aquí los charros juegan un papel de explotadores. Por lo tanto, la forma de pensar y de sentir de los charros es la de un patrón y no la de un obrero, por ello decimos, que su ideología es una ideología burguesa al servicio de los grandes capitalistas que controlan TelMex.

En la estructura sindical, encontramos otro tipo de engendros, estos son los charros menores, los charritos que traicionan los intereses de nosotros los obreros, ellos aspiran a convertirse en grandes charros. Se caracterizan por ser lambizcones, son delatores, también son altivos y despótas ante nuestros compañeros más humildes, pero son sumisos y obedientes ante los charros de la empresa. Estos charritos hacen todo lo posible por escalar los grandes puestos sindicales y ser charros mayores, pero vana ilusión pues solo uno que otro se cuela a las oficinas del sindicato. Por lo regular un número determinado de ellos solo alcanza a cobrar año tras año unos cientos de pesos, que los charros mayores les dan como limosna al concurrir a las convenciones o a los actos politiqueros, a levantar sus dedos ya tiesos por el uso.

Estos charritos son instrumento de los charros mayores de la empresa y por eso se gana el odio y desprecio de los trabajadores, en este sentido solo tienen un camino, romper con los charros mayores para víncularse con la lucha, junto con nosotros los obreros, de lo contrario serán ellos los primeros en recibir su justo castigo.

Hasta aquí hemos analizado brevemente a la burguesía en TelMex y los instrumentos que utilizan para mantener la situación de manera que nada cambie, o para que se de un retroceso en nuestra condición de obreros. Esta clase social, la burguesía, es en verdad pequeña frente a la otra clase social, el proletariado, clase social que trataremos de analizar en el siguiente número”. (EL GUAJOLOTE núm. 2 julio de 1975)
III
ANTECEDENTES.
En los números anteriores, como primera parte, hicimos un breve análisis de la clase burguesa o propietaria de TelMex.

Así, fuimos viendo su alta burocracia, sus empleados de confianza e incluimos dentro de esta clase social a los charroy charritos sindicales. Análizamos cual es el papel de todas estas personas en un parque del proceso de producción de las comunicaciones telefónicas.

A partir de este número nos abocaremos al estudio de las características fundamentales de los obreros que tyrabajamos en la industria telefónica vendiendo nuestra fuerza de trabajo a cambio de un salario.

II.- EL OBRERO TELEFONISTA COMO PARTE DEL PROLETARIADO INDUSTRIAL MODERNO.

Los telefonistas formamos parte del proletariado industrial moderno de nuestro país. Somos más númerosos que hace 16 años; el propio crecimiento de la empresa ha incrementado el número de nosostros; en la actualidad se mencionan cifras de 20 000 obreros sindicalizados, sin contar a los compañeros que trabajan en las empresas subsidiarias o de terceros, como INDETEL, Teleindustria Ericsson, Imtsa, étc., étc. Estamos concentrados en los grandes centros de trabajo, en las oficinas, en las centrales telefónicas y en los más importantes ciudades de la República. Cada uno de nosotros desempeña diferentes tareas de acuerdocon la división técnica del trabajo. Así trabajamos en esta industria; operadoras, técnicos en la instalación y conexión de redes locales y de larga distancia, oficinistas, almacenistas, chóferes, técnicos en la instalación y mantenimiento de centrales, de las microondas, de los conmutadores, étc. En este sentido, todos nosotros tenemos algo en común, somos un grupo de personas cuya base de nuestro sustento es el SALARIO: no tenemos otra forma de vivir. Por lo tanto, los técnicos y las operadoras estan ligados directamente a la producción; aunque sin los oficinistas tampoco sería posible obtener el zumbido que la empresa vende como mercancia. De ahí que todos somos trabajadores explotados y oprimidos por la Empresa y donde los líderes charros juegan un papel importante.

Por otra parte, todos pertenecemos al Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana, donde hemos tenido intensas jornadas de lucha en contra de la Empresa y de los charros; tenemos experiencias de las derrotas y de las victorias. Allí estan los testimonios vivientes de compañeros que han participado en los movimientos por la reivindicación de nuestros derechos; allí estan los documentos que han editado en el enfrentamiento contra nuestros enemigos. Así también, es en esta luchas que los telefonistas hemos aprehendido cuanta importancia tienen nuestros derechos sindicales y políticos; es en estas luchas que los telefonistas hemos aprendido (sic) lo que es su organización, cuando participamos en sus asambleas sin presiones de ningúna especie; cuando se respeta nuestra opinión sobre nuestros salarios, acerca de nuestro Contrato Colectivo, de nuestros convenios y, sobre lo que tiene una importancia de primer orden; la elección democrática de nuestros dirigentes. Así mismo, es en la lucha sindical donde los obreros aprendemos (sic) lo que es la solidaridad; es en la lucha sindical donde los telefonistas aprendemos (sic) el gran significado de nuestra fuerza, cuando hemos logrado imponerle nuestras demandas al patrón y hemos sacado de la dirección de nuestro Sindicato a los charros que la usurpaban. Es en estas luchas donde hemos generado nuestra propia dirección política y nuestra organización, como lo demuestran las victoriosas jornadas de 1958-1959.

Pero hasta ahora, los telefonistas no hemos tenido una conciencia de lucha uniforme; algúnos sectores nos dejamos abatir fácilmente por la propaganda empresarial y charrista, que de diferentes formas nos mantienen desinteresados, desunidos y apáticos ante nuestros problemas cotidianos y ante los problemas generales del Sindicato. Desde luego que esto no puede continuar así: sobre todo cuando en estos momentos hay un ascenso en nuestra lucha económica que apuntan en una perspectiva más amplia a cambiar de raiz la estructura sindical que impide la participación masiva de nosotros los obreros, en la vida de nuestro sindicato. En este sentido, analizaremos a grandes grupos de telefonistas que tienen algunas características poco particulares, para encontrarles la solución correcta y unirnos en una fuerza común que derribe los obstáculos que se interponen en nuestro camino hacia la Democrácia Sindical.

1) Algunos de nuestros compañeros oficinistas, tanto de la Sección matriz como de las secciones foráneas no se sienten trabajadores explotados; la razón de ello es que ganan salarios más o menos regulares, visten más o menos bien; algunos también tienen su coche y su casa. Así mismo, la Empresa a través de “Voces” y de sus empleados de confianza implementan una política para hacer sentir a nuestros compañeros y compañeras oficinistas, como un sector privilegiado de los obreros telefonistas. Con harta frecuencia los empleados de confianza practican el autoritarismo y el despótismo sobre nuestros compañeros; les violan los convenios departamentales y el propio Contrato Colectivo de Trabajo, con la complacencia de los charros.

Nuestros compañeros y compañeras oficinistas, deben comprender, que al igual que los compañeros de otros departamentos, juegan un papel importante en la estructura de la Empresa; que es tan importante el trabajo en las oficinas como el que se realiza en un pozo empalmando un cable; que también sus salarios son inferiores al servicio que proporcionan a los patrones; que varias de nuestras compañeras por trabajar cerca de algunos “jefes”, se dan cuenta de las atrocidades que se cometen en contra de sus demás compañeros, que les inventan cargos para despedirlos cuando tienen diferencias políticas con los charros; que conocen a los agentes de la “confidencial”, étc. Pero ahí donde hay opresión hay lucha, y nuestros compañeros y compañeras oficinistas deben buscar la manera de resolver infinidad de problemas de manera organizada y combativa; víncularse a la lucha de todos los telefonistas por mejores condiciones de vida y de trabajo, como un importante sector de trabajadores explotados.

En las condiciones actuales de la lucha, la Empresa y los charros buscaran ponerlos de su lado; sin embargo, estamos firmemente convencidos de que, como en otras ocasiones la inmensa mayoría demostrará su gran combatividad por la defensa de sus propios intereses y de todos los telefonistas por democratizar la vida de nuestro sindicato.

2) También en el Departamento de Red Valle de México: en los departamentos de Redes e Instalación de Foráneas hemos dejado que se nos impongan condiciones de sobreexplotación en nuestro trabajo, por las características particulares del mismo, es muy pesado y en condiciones díficiles y riesgosas, ya que laboramos en los pozos, en los postes, en las azoteas, con escaleras largas, en los postes de la luz cerca de la corriente de alta tensión. Los “jefes” nos exigen cumplir con un mínimo de ordenes, no ostante que la mayoría de las veces trabajamos sin ayudantes. Es en estos departamentos donde con mayor frecuencia se dan accidentes de trabajo y donde pagan salarios de hambre; nuestros convenios departamentales sólo existen en la letra pero jamás se cumplen, hay muchos favoritismos de parte de los empleados de confianza hacia algunos compañeros para mantenernos desunidos: nuestros representantes -delegados- o charritos duran años y años han decidido por y contra nosotros.

Sin embargo, somos de los obreros más númerosos del sindicato: nuestra fuerza por tanto, es muy grande a condición que sepamos unirnos, organizarnos y luchar para dejar de ser el patito feo de la empresa y de los charros que tienen la impresión de que siempre estaremos sumisos y obedientes cuando nos atropellan. Es urgente que leamos nuestros convenios para así poder parar en seco las violaciones; que nos vínculemos con los compañeros de otros departamentos para dar y recibir apoyo. Pongamos un hasta aquí a las vejaciones humillantes de que somos objeto; es cuestión de que nos decidamos, para construir una gran fuerza para luchar por los intereses particulares y generales de los telefonistas. (EL GUAJOLOTE, núm. 3, agosto de 1975)
IV
ANTECEDENTES.
Nuestro periódico se propuso desde su primer número hacer un análisis de las clases sociales que se enfrentan en la Empresa Teléfonos de México S.A. donde trabajamos. Identificamos a nuestros explotadores; los accionistas o capitalistas que explotan nuestra fuerza de trabajo, los líderes charros que controlan nuestro sindicato y trafican con nuestros derechos; así como los empleeados de confianza y charritos sindicales que estan dispuestos a servir fielmente a los capitalistas y charrros mayores.

Por otra parte, desde nuestro número anterior empezamos a abordar de manera general el papel que jugamos nosotros los trabajadores en la producción de esta empresa, así como el comportamiento que tenemos como trabajadores frente al patrón, a los charros y a nuestros propios compañeros; así empezamos a analízar a los compañeros de Redes e Instalación Foráneas y del D.F., a nuestros compañeros oficinistas, a nuestras compañeras operadoras de Larga Distancia y, en esta ocasión seguiremos con los compañeros técnicos. Pero antes queremos aclarar, que decimos que formamos parte del PROLETARIADO INDUSTRIAL MODERNO porque al igual que los ferrocarrileros, petroleros,electricistas, mineros, textiles, étc., estamos concentrados en grandes centros de trabajo, vendemos nuestra fuerza de trabajo a cambio de un salario: ¡Somos obreros explotados y estamos ligados directamente a la producción!.

3) En TelMex los técnicos tienen una alta calificación de su fuerza de trabajo; por sus propias actividades tienen conocimientos en Matemáticas, Física, Electrónica, Telefonía, étc.; esto les permite una alta capacidad para instalar y mantener todo el sistema telefónico del país; para desarrollar estas tareas, los técnicos tienen que leer, estudiar e interpretar planos y diagrámas del complejo y variado sistema de equipos automáticos y manuales, sacando adelante los problemas que se les presentan en las condiciones más díficiles. Los técnicos se encuentran en los Departamentos de Centrales Construcción y Mantenimiento, de Larga Distancia, de Microondas, de Conmutadores, de Proyectos, de Troncales, étc., étc.

Además como es sabido, Teléfonos compra todos sus equipos en el extranjero; en ocasiones bienen con fallas en el diseño y aquí son corregidos y adaptados a las condiciones del mercado de América Latina por nuestros compañeros técnicos, lo que demuestra una vez más su alta capacidad en el trabajo. Sin embargo, ¿que obtienen a cambio de este trabajo tan complejo?; salarios bajos, malas condiciones de trabajo, trato depótico de la mayoría de los empleados de confianza, manipulación política por parte de los charros sindicales, étc.; en este sentido, no obstante que la calificación de nuestros compañeros es bastante alta, un técnico de segunda solamente gana $160. 00 por 8 horas de trabajo, aunque desde luego su salario lo desquita con 3 horas de labores, el resto de ese tiempo se lo apropia la Empresa.

Por otra parte, las malas condiciones de trabajo se manifiestan en el prematuro deterioro de la vista, el ruido constante de los equipos dañan los oidos, mal equipo de seguridad ocasionan accidentes y hasta muertes en Conmutadores y Larga Distancia. Así mismo la manipulación política se manifiesta de muchas maneras que también son generales para todo el sindicato, en Centrales Construcción del D.F. no existe una representación proporcional como marcan los estatutos en la elección de sus delegados, el comité charro solamente acepta el nombramiento de uno, tampoco publican los convenios, no dan asambleas departamentales, étc. étc.

En sintesis, los técnicos al igual que otros compañeros telefonistas, también son sometidos a la explotación y opresión por parte de la Empresa y los charros.
CONCLUSION:
Como hemos visto, sin nosotros los trabajadores la Empresa no produce el zumbido que vende; la riqueza de los capitalistas de Teléfonos es obtenida a través de la explotación de miles de trabajadores que a lo largo y ancho del país servimos a TelMex; somos pues parte, parte de la clase social sobre la cual descansa la producción de la riqueza de este país y que unos cuantos se la apropian y viven opiparamente, mientras nosotros nos abatimos en la miseria y la opresión.

Sin embargo, aunque somos parte de esta clase social, todavía influyen en nosotros, las ideas y propaganda de la Empresa y los charros a través principalmente de los empleados de confianza y de sus publicaciones; del sistema capitalista a través de los medios masivos de comunicación como son la prensa, la televisión, étc., que nos impide tener conciencia de clase, porque no vemos con claridad todos los problemas que tenemos en nuestro trabajo y que nos rodean y se presentan en la sociedad en que vivimos.

Aún con estas limitaciones los obreros telefonistas tenemos una gran fuerza, aún dispersa pero con grandes posibilidades de unificarla y organizarla para luchar juntos por nuestros problemas concretos, tales como los aumentos de salario, el respeto a los convenios departamentales, por aumentos en los viáticos, por el aumento de los porcentajes en las zonas de vida cara, por el mejoramiento y el respeto del Contrato Colectivo de Trabajo y por la lucha a fondo contra el charrismo telefonista.

En otro panorama más amplio, tenemos que luchar al lado de nuestros hermanos de clase; apoyarlos en sus luchas para que de esta manera vayamos conformando una gran fuerza que permita derrotar de una vez por todas a los capitalistas, a su Estado y a sus líderes charros para construir una Patria libre de explotadores de todo tipo; un país donde reine la libertad de los trabajadores, dónde las empresas esten en manos de los obreros, donde el Estado sea un Estado de Obreros y campesinos.

Se trata entonces, que junto con los obreros luchemos ahora contra el charrismo sindical, para hacer valer el derecho de huelga, el dercho de manifestación, el derecho a tener nuestras organizaciones independientes. Se trata que junto con los campesinos, colonos y pueblo trabajador en general avancemos en unidad más firme para apoyarnos en nuestra lucha y conformar una gran fuerza popular que haga avanzar la lucha del pueblo trabajador”. (EL GUAJOLOTE, núm. 4 marzo de 1976)

Así terminaba el número 4 de EL GUAJOLOTE y concluia también su publicación, ya que a solo un mes de su último número, los telefonistas decidieron hacer frente a la dirección sindical y poner fuera del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana al charrismo, representado en ese entonces por Salustio Salgado Guzmán.