Los trabajadores telefónicos hacen sus primeras armas con un pedido de aumento en 1883, un conato de paro en 1887, un movimiento de protesta efectuado en 1896 y una huelga –que no llego a concretarse- en 1904. El 11 de febrero de 1907, veinte telefonistas se presentaron ante el gerente de la Unión Telefónica solicitando las siguientes mejoras: Aumento de 10 pesos; establecimiento de tres turnos; franco los domingos y medio día de los feriados; eliminación de las multas arbitrarias. Las ocho consideradas cabecillas fueron inmediatamente despedidas. No paso nada más.
Enero de 1929 –gobierno de Hipólito Yrigoyen- marca la movilización de los telefónicos en demanda de diversas mejoras que culminan con la primera asamblea general que se llevó a cabo el 2 de febrero. Allí se decide fundar la primera organización; Federación Argentina de Telefonistas, con sede en Belgrano 551 y que pronto editara el periódico “El Telefonista”. Al realizarse la segunda asamblea, ahora de afiliados. La Empresa deja cesantes a sesenta activistas. El 12 de marzo se declara la primera huelga general que ser prolonga durante veinte días.
Las comunicaciones quedan completamente interrumpidas, los abonados apoyan. El presidente Yrigoyen ofrece su mediación. En el despacho presidencial se firma un acuerdo en donde consta que “el presidente como testigo se verá obligado a intervenir si la empresa no respeta lo pactado”. Primer triunfo gremial.
Pero la empresa poco después despide a un activista de la sección talleres, la Federación declara nuevamente la huelga. Muchos afiliados no responden. El movimiento fracasa y la organización se desmembró. Recién el 12 de diciembre de 1920 se reorganiza el gremio. En esa fecha se crea la Sociedad de Resistencia de los Telefonistas con gran influencia anarquista que desaparece en 1922.
Pasan seis años sin que los telefonistas cuenten con una organización gremial. Pero el 26 de junio de 1928, cuarenta asistentes a una asamblea, dejan constituida una comisión provisoria, integrada por 13 delegados. Como la Unión Telefónica convoca a una reunión con el fin de manejar por su cuenta al gremio, la comisión provisoria ordena concurrir en masa y coparla. Cinco mil trabajadores se reúnen así el 9 de agosto en el salón “Príncipe George”. Presiden la asamblea el administrador, el gerente y otros funcionarios de la empresa. Pero la relación de fuerza los obliga a levantar la sesión y desaparece. La comisión provisoria se reunía en el local de la Federación de Empleados de Comercio y funcionaba prácticamente como rama de la misma.
Recién el 30 de diciembre de 1928 se designa una comisión Administrativa y decide denominarse Federación de Obreros y Empleados Telefónicos. En principio se integran también los telegrafistas y radiotelegrafistas, que se separan al crearse su propia organización. Con apoyo de los telefónicos.
La Unión Telefónica hace nuevos intentos por crear una entidad a su servicio con elementos adictos, pero uno a uno, todos fracasan. A principios de 1928 la F.O.E.T inicia una campaña de gran envergadura, reclamando la firma de un convenio. Este se firma el mes de marzo. El servicio telefónico era ya de propiedad norteamericana.
Desde 1922 la caja de jubilaciones Ley 11110, que incluía a los telefónicos tenía representantes “gremiales” designados por la empresa. Pero en 1930 la F.O.E.T. decide presentar candidatos a las elecciones. Fueron Luis F. Gay y Emilio Di Leo. La Unión Telefónica amparada por el gobierno de Uriburo realizo un fraude descomunal y gano los comicios por una diferencia de treinta votos. Por supuesto la caja Ley 11110 fue llevada a la bancarrota sin dificultad. Desde hacía un año el gremio venía editando el periódico “la Federación”.
A partir de 1929 van creándose diversos sindicatos telefónicos en el interior. Los primeros, en Bahía Blanca, Córdova, La Plata, Rosario, Santa Fe. El de la Capital su sede es Jujuy 596. En julio de 1930 se creó el sindicato de la Estándar Electric en San Isidro y se constituye la primera comisión femenina.
Así como había ocurrido en la época de los ingleses, también ahora los norteamericanos intentaban dividir al gremio mediante la creación de mutualidades, obra social y Clubes Deportivos, presionando al personal para que se afiliase a ellos.
El 26 de agosto de 1930 se lleva a cabo un paro general de 24 horas de carácter nacional en demanda de diversas mejoras. Culmino con una concentración masiva en Plaza de Mayo, frente al edificio central de la calle Defensa, entre Alsina y Victoria (hoy H. Yrigoyen).