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Hay que profundizar el rompimiento con el gobierno.

Balance de la Convención del STRM.
En: CLAVE.
14 de julio al 28 de agosto de 1976

Marcos Huerta.

Del 19 al 31 de julio se llevo a cabo la Primera Convención Nacional Democrática (CND) del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM). Esta es la primera convención que se lleva a cabo después de la huelga del 22 de abril, que permitió a los telefonistas recuperar su sindicato del yugo charrista.
Después de los electricistas, los telefonistas son el contingente obrero más importante que ha iniciado una lucha frontal contra el charrismo a favor de la democracia e independencia sindical.
Si bien los electricistas democráticos iniciaron este camino en 1971, y los telefonistas lo han hecho de manera masiva hasta este año, ambos sindicatos han marcado por su influencia y tradición, el punto más alto al que ha llegado la insurgencia obrera en nuestro país.
La realización de esta convención adquiere gran relevancia por los momentos que atraviesa el movimiento obrero.
La CND, paso fundamental en la consolidación democrática del STRM, se ha realizado bajo un clima de una serie de medidas en contra del movimiento obrero independiente.
El ejército y miles de esquiroles de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), ocuparon los centros de trabajo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para abortar la huelga anunciada por la Tendencia Democrática del SUTERM.
Así, los telefonistas quedan como el bastión más importante después de este golpe que se ha propiciado al movimiento obrero independiente. Al mismo tiempo paradójicamente, la actual dirección telefonista, el Comité Democrático, encabezado por Hernández Juárez, queda como una alternativa más, que será puesta a prueba en condiciones especialmente difíciles.
El PRI y los charros contra los telefonistas.
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Los telefonistas señalan el camino.

La Convención del STRM rompe con el PRI.
En: CLAVE.
31 de julio al 14 de agosto de 1976.

Andrés Vázquez.

Con el paro de labores del 22 de abril, los telefonistas han ganado el derecho de elegir a la dirección que más convenga a sus intereses. A raíz de que se llevó a cabo el referéndum, los telefonistas y la nueva dirección, el Comité Democrático, han tenido que tomar decisiones de gran importancia para garantizar la independencia del movimiento.
El gobierno y los charros toman medidas contra los telefonistas.
No ha sido fácil enfrentar las maniobras que han hecho los charros y el Gobierno para volver a controlar el “mal ejemplo” que han dado los telefonistas y que puede llegar a generalizarse hacia otros sectores. Han intentado de todo: desde la amenaza de despido general durante el paro. Hasta la “bendición” de la supuesta “Secretario General”, Rosina Salinas, por medio de la diputada Concepción Rivera, representante del Congreso del Trabajo. También las presiones ejercidas por la empresa para que –al decir de Hernández Juárez, Secretario General del Sindicato- depurara a los “más radicales”, así como para que se condenaran las acciones de la Tendencia Democrática (TD) del Sindicato de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana.
Bajo este clima se llamó a la Primera Convención Nacional Ordinaria. Los puntos centrales fueron: ratificar al Comité Democrático, reformar los estatutos y discutir la salida del sindicato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y del Congreso del Trabajo.
Los estatutos fueron modificados para garantizar la vida democrática interna, además se restringieron las normes atribuciones del Secretario General, logrando un mayor control de los trabajadores sobre las decisiones del mismo. De esta manera se ha dado un gran paso para avanzar y sostener los derechos conquistados.
Los telefonistas señalan el camino.
Pero el punto más importante ha sido la decisión de romper con el PRI. Se ha eliminado la obligación de los telefonistas a pertenecer a este partido, que durante casi cuarenta años ha gobernado México, manteniendo un régimen de explotación en beneficio de los patrones. Por esta razón, el rompimiento con el PRI no es simplemente un problema estatutario, sin o representa romper con el aparato de control a través del cual los patrones y su Gobierno mantienen sojuzgados a los trabajadores.
En estos momentos los patrones y su Gobierno están luchando por mantener a “TODOS” bajo el control de un solo partido: su partido. Pero a esos “TODOS” hay que restarle a los telefonistas.
El rompimiento con el PRI plantea una nueva situación, la necesidad que tienen los trabajadores de tener su propio partido basado en la fuerza de los sindicatos, que pueda dar una propuesta organizada a la ofensiva patronal.
Saludamos la salida de los telefonistas del PRI, como un primer paso hacia garantizar la independencia política de su sindicato. Pero la ofensiva del régimen va dirigida a eliminar casi cualquier iniciativa que trate de salirse de su control. Por eso, los telefonistas no deben aislarse, ya que solo la independencia política de la clase obrera garantizará los derechos democráticos y económicos de las masas.
Si la ofensiva no ha tocado aún a los telefonistas, es por la demostración de fuerzas que ha dado. Pero las cosas no pueden quedar ahí. Los telefonistas deben de poner todo lo que esté de por medio para garantizar su independencia política, y la mejor manera de hacerlo es a través de su participación activa en la formación de un partido de lols trabajadores y en el Frente Nacional de Acción Popular (FNAP) como embrión del primero.
Hoy, toca a los telefonistas de llevar a cabo las tareas iniciadas para afianzar la democracia e independencia sindical, instrumentos necesarios para enfrentar la dura situación económica que se avecina.

Las operadoras de Telmex.

Las operadoras de Telmex.
Carolina Velázquez.
Revista FEM, año 17, núm.128, octubre de 1993.
IV Seminario sobre Población, Mujer y Medio Ambiente.
Mesa Redonda: Medio Ambiente y Mujeres Trabajadoras.

El servicio telefónico mexicano tan malo, tan caro y, ahora privatizado, tan lleno de promesas. El cliente es primero, rezan los anuncios publicitarios de la empresa. Equipos modernos, un amplio programa de capacitación y un reciente convenio de productividad, son los pasos implementados por Telmex, todavía la última compañía telefónica del país, para cumplir con su promesa de satisfacer las necesidades, a veces angustiantes, de los usuarios del servicio.
En las últimas décadas tanto la empresa como los trabajadores han sufrido innumerables cambios. Entre el 10 de marzo de 1976, fecha en que Telmex recibió la concesión por parte de la SCyT para seguir prestando servicio por 30 años, y el 10 de diciembre de 1990, fecha en que el gobierno federal modifico este título de concesión para “desincorporar” (vender) la empresa, han sucedido infinidad de acontecimientos.
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La recomposición neocorporativa entre Estado y Sindicatos

La recomposición neocorporativa entre Estado y Sindicatos: los límites a los proyectos sindicales de interlocución, el caso del STRM.
Yolanda Mondragón Pérez.
En: Movimientos Sociales e Identidades Colectivas (México en la década de los noventa).
Sergio Zermeño (Coordinador).
La Jornada Ediciones, Centro de investigaciones interdisciplinarias en ciencias y humanidades/UNAM.
México, marzo de 1997.

INTRODUCCIÓN.
Dentro de las reestructuraciones neoliberales en el ámbito político se encuentra la redefinición neocorporativa, principalmente entre el Estado y sindicatos.1 Consideramos que la estructura de relaciones corporativas aún tiene una fuerte presencia, a pesar de que pareciera existir cada vez más actores no corporativizados en las áreas rurales y urbanas; así parece demostrarlo el proceso electoral de 1994 en donde se observó el acondicionamiento del aparato de clientelas políticas y de mediación caciquiles.
El replanteamiento corporativo se comenzó a tejer desde 1989 y aterrizó en 1990 con el discurso estatal sobre la democracia industrial de Salinas de Gortari y Colosio Murrieta, con modelos de liderazgo y proyectos sindicales de interlocución productiva.
Cabe señalar que el corporativismo se entiende aquí como un sistema de mediación política, económica y cultural que hace posible la dominación2 del Estado sobre las organizaciones del trabajo obrero, campesino, etc., y que a su vez permite la reproducción del sistema capitalista.
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Teléfonos: nuevas tecnologías y conflictos sindicales

Blanca Pastor.
En: Coyoacán (revista marxista latinoamericana).
Año IX, enero-junio 1985, núm. 17/18.

La requisa aparece como figura jurídica en la legislación mexicana a partir de la segunda guerra mundial, como una protección contra posibles atentados a la soberanía nacional que pudieran darse mediante maniobras empresariales en los sectores clave de la economía. No obstante la desaparición de la situación específica que le dio origen (el estado de guerra), la requisa no solo continua vigente sino que ha sido usada para controlar a los trabajadores más que a las empresas, especialmente en lo que se refiere a Teléfonos de México.
Telmex es una empresa que se ha visto sujeta a la requisa en varias ocasiones, sobre todo en la última década. En ningún caso, la causa ha provenido de la empresa sino de movimientos huelguísticos de los trabajadores, con la finalidad evidente de desvirtuar y anular esta poderosa arma de lucha. Sin embargo, las dos últimas requisas (8 de marzo de 1982 y 4 de septiembre de 1984) que han sufrido los trabajadores de Telmex no pueden ser entendidas si se les juzga con los mismos criterios con que se analizan las precedentes.
El elemento nuevo –y fundamental- que explica las dos requisas más recientes es el programa de modernización de la red telefónica, basado en la tecnología microelectrónica.
El análisis de esta nueva problemática resulta de gran importancia por varias razones. La primera de ellas, porque lo que ocurra con los trabajadores telefonistas a partir de la introducción de la nueva tecnología será la muestra de lo que se generalizará a todos los trabajadores de las empresas industriales y de servicios más grandes, en segundo lugar, porque la modernización de la red telefónica no es tan sólo un fin por sí misma, sino una condición necesaria para la modernización de los otros sectores de la economía y para su integración a nivel internacional. Otra de suma importancia es que en estas requisas se advierte claramente como el Estado y la parte patronal conjugan sus fuerzas para reprimir a los trabajadores y despojarlos de sus armas de lucha más importantes; finalmente porque, ante la modernización de uno de los factores de la producción, el capital, destaca la necesidad para el otro factor, el trabajo, de replantearse sus formas e instrumentos de organización y de lucha.
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