NÚMERO ESPECIAL.
JULIO 1976.
Semblanza Histórica del Movimiento Democrático en el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana.
Por el compañero de base Alfonso Sánchez Escudero en la Convención Democrática.
COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS CONVENCIONISTAS:
Nos ha tocado el inmenso honor de hacer una reseña histórica del nacimiento, desarrollo y triunfo de la democracia, en esta organización sindical. Este triunfo de los telefonistas es un largo proceso de la lucha a fondo para llegar al momento en que encontramos con una de las victorias más importantes en los anales del sindicalismo nacional.
A fines de 1957 en el mes de noviembre para ser más exactos se inicia un movimiento democrático que culmina en 1958, con la derrota del charro Jorge Ayala Ramírez. En este momento histórico se pone fin a una etapa de corrupción, de una dictadura sindical que frenaba la lucha de los obreros telefonistas.
La resultante de esta lucha es inmediata; la participación de los trabajadores en la elección de sus dirigentes por el voto universal directo y secreto; como consecuencia de lo anterior se logra una mejor contratación, imponiéndole a la empresa las cláusulas de carácter económico y administrativo; que repercutieron en manera favorable en los salarios y en condiciones de trabajo más justas.
En este periodo, los telefonistas ejercemos en dos ocasiones el derecho de huelga; siendo el motivo de una de ellas por violación al contrato colectivo de trabajo y la otra por revisión del propio contrato. Durante la huelga por revisión del contrato en 1962, el charrismo agazapado esperó la orden de sus amos para convertir el conflicto de carácter obrero-patronal en conflicto intergremial y de esta manera se apoderó de la dirección sindical. En esta nueva embestida el charrismo al tomar la dirección del sindicato, lo primero que hace es emprender una represión sistemática en contra de los intereses del sindicato y también en contra de los auténticos luchadores sindicales.
Inmediatamente introducen reformas estatutarias que permiten la reelección de los charros, ampliando a su conveniencia el tiempo de su gestión, y lo más grave, tratan de obtener puestos políticos sin tomar en cuenta la opinión de la base.
Cabe hacer mención que dichas reformas estatutarias están plagadas de errores y contradicciones que son el reflejo de su conducta deshonesta.
La práctica del charrismo consiste en negar las Asambleas Generales argumentando que no había lugar apropiado y que tampoco tenía el sindicato posibilidades económicas para alquilarlo; la represión generalizada en todos los órdenes de la vida sindical y la complicidad más abierta con la empresa traicionando con esta forma de actuar los intereses más sagrados de los trabajadores; otra práctica del charrismo es el cobro indiscriminado de las cuotas sindicales para sus muy particulares fines convirtiéndose de hecho en saqueadores de los recursos económicos del sindicato, así se explica que los charros se ostentan con lujo insultante para con los trabajadores hacia quienes siempre manifiestan su total entrega hacia la empresa pues nunca resuelven un problema de trabajo.
Es necesario hacer notar que todo tipo de Asambleas y Convenciones estaban sujetas a un férreo control charro, en la generalidad los delegados no eran electos por los trabajadores, en las actas de convenciones pasadas es perfectamente comprobable lo anterior, pues hay nombres que se repiten con sospechosa frecuencia y que solamente venían a levantar el dedo y a cobrar las migajas del gran pastel. A pesar de lo anterior los Telefonistas no podíamos permanecer impasibles ante esta situación y la gota que derramó el vaso de la paciencia de los trabajadores fue un descuento que aprobó una asamblea nacional amañada para construir un local sindical (como si no hubiera cuotas para eso) así llegamos al mes de mayo de 1967 en que surge un movimiento en defensa de los intereses del sindicato.
Nuevamente los charros coludidos con la empresa aplicaron 20 cláusulas de exclusión, suspenden en sus derechos sindicales a más de 60 compañeros, logran que la empresa despida, de sus trabajos a más de 20 trabajadores por ejercer sus derechos sindicales.
Sin embargo la represión no contiene el deseo de la base por su libre voluntad de expresión y los trabajadores nos refugiamos en las luchas departamentales que aunque son aisladas, logran conquistas importantes por mérito propio y lo que es más sobresaliente, es que los trabajadores vamos comprendiendo la importancia de luchar unidos contra los charros y la empresa.
1969 en el departamento de Centrales Construcción se da la lucha por conquistar las plantas para todos. La decisión y combatividad de este departamento obliga al charrismo a replegarse y sirve de ejemplo para futuras acciones de verdadera justicia.
Años después Centrales Mantenimiento en este proceso que hemos reseñado logra imponer a los charros y a la empresa las condiciones para la revisión de su convenio logrando arrancar conquistas importantes. Además de que en este conflicto se sienta un precedente pues ante la incapacidad y deshonestidad de los charros se tiene que recurrir a las autoridades del trabajo, exhibiéndose así la verdadera cara del charrismo. Esta lucha trae también el apoyo de otros compañeros de diferentes departamentos y de las secciones de Puebla y Monterrey esto demostraba el despertar de un gremio muchas veces mediatizado pero nunca vencido, pues había aprendido a caminar con los pies y no con las rodillas.
En el largo periodo del charrismo grupos combativos de telefonistas resistían a la dictadura sindical y daban las alternativas en publicaciones independientes. Haciendo caso omiso del pasquín idiotizante que en aquel entonces publicaban; estas publicaciones eran “El Telefonista”, “El Guajolote”, etc., que con un claro sentido de clase preparaban las condiciones para la movilización y el despertar de nuestro sindicato.
1974 nuevamente es traicionado el gremio, pues se firma a sus espaldas un contrato colectivo lesivo a los intereses de los trabajadores, a pesar del descontento este no es canalizado pero además porque apenas se estaban creando las condiciones para el nacimiento y desarrollo de la verdadera lucha que se avecinaba de manera incontenible.
Ante la propaganda charra en boletines informativos repartidos con días de retraso nos dimos cuenta de la traición que ya acechaba. Sólo que esta vez la base con sus propios recursos forma comisiones de propaganda, en el sentido de que el charrismo debía respetar lo que anunciaba, aquí los telefonistas empezamos a quitarles la careta y a descubrir que había detrás de tales aspiraciones y estas eran principalmente convertir en diputado federal al charro mayor y afianzar aún más el control de los trabajadores mediante la demagogia y el engaño como ya era su costumbre, menospreciando con esto la capacidad de lucha de los trabajadores sindicalizados.
EL MOVIMIENTO DEMOCRÁTICO DE LOS TELEFONISTAS.
Nuestro movimiento se inicia el 21 de abril con una gran manifestación sin precedentes en la historia del sindicato.
Ante la falta de información, asistimos cientos de compañeros de diferentes departamentos y nos encontramos con la misma actitud de siempre, despotismo, menosprecio y autoritarismo de parte de unos sátrapas que habían convertido nuestro sindicato en un lugar de reunión de verdaderos trabajadores; en un vulgar salón de fiestas en donde se bailó, se bebió y jugo a la baraja y dominó con nuestros derechos y el futuro de nuestra organización, pues el propio Secretario General ni siquiera estaba presente poniendo como pretexto que estaba en la Secretaria del Trabajo.
A mañana siguiente en los centros de trabajo existía la decisión de no tolerar de nueva cuenta más traiciones y vendimias por lo cual todos los compañeros deseaban asistir por la tarde al sindicato para exigir cuentas a los nefastos representantes.
Mientras tanto en el edificio sindical se declaraba un receso y al término del mismo ante la prensa se informó de una manera tramposa como siempre lo habían hecho que jamás se había concedido.
Esto indignó a la mayoría de los trabajadores que deciden tomar las medidas necesarias ante semejante traición.
No obstante que en dicha asamblea los aduladores a sueldo del charrismo elogian la actuación de todo el comité, el descontento es general en todo el país y ya nadie lo puede detener, todas las violaciones posibles habían sido cometidas por los charros tanto en la capital del país como en el interior de la República, lo que hacía que ya no pudieran someter la voluntad de los trabajadores, en estas condiciones es como nos vamos al paro general de labores; este hecho marca en la historia de nuestro sindicato y de las luchas de la clase obrera un ejemplo de lo que somos capaces los obreros cuando nos unimos, luchamos juntos por nuestros intereses comunes y anhelamos como todo ser humano el derecho a una vida mejor. Consideramos que esta alborada de libertad avasalla la negra noche del charrismo y anuncia un despertar obrero en nuestro país.
Claro que sabemos que para esta tarea tenemos que vencer la resistencia de las fuerzas retrógradas que se oponen al desarrollo del sindicalismo democrático. Los telefonistas en esta primera etapa lo logramos pues vencimos el poder de los charros y de sus aliados logrando un convenio para efectuar un referéndum donde se hace patente el rechazo absoluto.
Así lo demuestra el resultado del referéndum, para lo cual nos vimos precisados a nombrar un Comité interino que representara un frente legal ante las autoridades. Sin embargo, queremos señalar que las condiciones en que fue electo nuestro comité permitieron que se introdujeran compañeros no convenientes a la organización por su conducta antisindical en el pasado y en el presente en todo tipo de luchas; por lo que es necesario que analicemos la trayectoria de todos para impedir, que se vuelva a manifestar la crisis recientemente ocurrida en el seno del Comité Nacional.
Hacemos mención de que en un cortísimo periodo de tiempo desde que el Comité tomo posesión se han celebrado asambleas democráticas donde ha habido la más amplia libertad de expresión y de crítica las cuales en el periodo del charrismo jamás habían existido.
¿Cuáles han sido los rasgos característicos de estas asambleas?: la lucha y el desenmascaramiento de todos los traidores que existen en nuestras filas sindicales; la exigencia de que se continúe y consolide el Movimiento Democrático; la manifestación de los compañeros de diferentes departamentos de que se revisen sus convenios departamentales y la unidad para no dar marcha atrás en nuestras conquistas logradas a base de tanto sacrificio en mérito de lo cual es necesario defender los intereses sindicales que afectan a todos, por encima de intereses de grupo, facción o persona que no deben existir porque la organización es una sola. Por lo que exhortamos a todos los compañeros para que en la misma medida que colaboraron en el movimiento continúen haciéndolo en pro de la verdadera unidad ya que es una exigencia que el momento reclama para no ir al más rotundo de los fracasos. Constituye buena prueba de la unidad la Asamblea de la Sección Matriz celebrada el día 7 de julio del presente año donde por absoluta mayoría se aprobaron acuerdos dejando con esto debida constancia de que estamos empezando a vivir una verdadera democracia y de que cuando se presentan obstáculos en nuestro camino, sabemos sortearlos con la unidad.
ASAMBLEA JUDICIAL.
Por Primera vez en nuestro sindicato se instala una verdadera asamblea judicial nacional para enjuiciar y sancionar a los traidores de la clase obrera en general bajo la mirada vigilante de todos los telefonistas, que exigieron se hiciera estricta justicia, pues las sanciones fueron dictadas con unanimidad.
Esta asamblea judicial en su primera fase dictaminó serios castigos, a los que se burlaron no sólo de los Estatutos; sino de lo también pactado en Convenios y Contratos pues se aprovecharon de sus puestos, para lucrar con nuestros derechos que como trabajadores tenemos.
Esta asamblea es una lección permanente, para quién pretenda traicionar los sagrados intereses de los trabajadores y una posibilidad para castigar las corruptelas existentes en la clase obrera.
Que sepan los compañeros trabajadores telefonistas que en este caso, se ha interpretado solamente la voluntad, misma que fue manifestada por mayoría y que los charros no son invencibles, mucho menos intocables.
Por lo anterior llegamos por primera vez a una Convención Democrática, que se distingue de las anteriores, por el contenido de los temas a discutir y con el absoluto respeto de todos los telefonistas. Una gran responsabilidad pesa sobre los integrantes de la Convención, ya que si hay alguna falla puede desviarse y desvirtuarse la verdadera proyección que debe tener este movimiento.
Debido a esto insistimos nuevamente en el exhorto anteriormente hecho por nosotros, a robustecer y conservar la unidad para avanzar y consolidar dignamente este proceso, para no retroceder, y poder realizar una vida sindical que esté de acuerdo con los intereses mayoritarios y de clase; tenemos por lo tanto, la necesidad más apremiante de elaborar unos auténticos estatutos que verdaderamente representen las aspiraciones sindicales de los telefonistas.
NUESTRO FUTURO.
Compañeras y compañeros convencionistas: nuestra gloriosa organización vive momentos un tanto difíciles producto de la insidia, de la intriga y de la componenda emboscada de sus enemigos de clase, sin embargo hemos demostrado que somos capaces de construir un gran Sindicato Democrático, donde los trabajadores tengan el libre derecho de expresarse y de decidir su futuro.
Mantengamos pues el espíritu de lucha ya que es necesario estar en guardia permanente, defendiendo y consolidando nuestras conquistas al lado del pueblo mexicano mismo que siempre ha sido el forjador de su propia historia; que es precisamente, de abnegación, de humildad de sacrificio y de entrega a las luchas populares. El presente está fundado, en una tradición de lucha de este Sindicato, confiamos en la capacidad de todos los trabajadores telefonistas.
México, D. F., a 19 de julio de 1976.