El Restaurador, México D. F. 15 de marzo de 1960.
J. Jonás Reyna A.
Secretario General Local.
Chihuahua, Chih. Secc. No. 7
Como un acto de justicia para los compañeros del Departamento de Conmutadores en sus Secciones de Construcción y Mantenimiento, por su valiente lucha que como un claro ejemplo de conciencia sindical y unidad combativa es digna de ser conocida ampliamente por todos los compañeros de nuestra organización, me permito exponerla tal y como la he conocido con la intención de que todos nos demos cuenta que solo mediante la unidad es posible lograr el triunfo.
El origen de la lucha sostenida por nuestros camaradas en contra de la empresa, misma que ha culminado con un triunfo para ellos ya que se ha hecho prevalecer el criterio de los trabajadores, data de fines del año de 1956, cuando los compañeros de este departamento sintieron la necesidad de reglamentar las labores por ellos desempeñadas aunando la petición de una retabulación en sus salarios, justa por las innovaciones técnicas introducidas en sus labores.
Por una u otra razón las pláticas sostenidas con la empresa por los representantes de Conmutadores se fueron prolongando a grado tal que la situación llegó a ser insostenible, primero por la intransigencia de la empresa y segundo por la apatía que para resolver este asunto demostraba el Comité Nacional que encabezaba Ayala Ramírez; por tal motivo los compañeros decidieron cambiar su actitud pasiva y conciliatoria por una actitud enérgica y combativa, siendo así que al asumir esta actitud y habiendo faltado a sus labores la Sección de Mantenimiento, tomando un permiso que la empresa se negó a conceder, la misma procedió a separarlos de su trabajo argumentando rebeldía e indisciplina de parte de ellos. A esto contestaron los compañeros con su unidad. Al día siguiente se presentaron absolutamente con todos los trabajadores de Conmutadores ante el Comité Ejecutivo conminándolo a actuar con energía ante la Empresa y a que interviniera ante la Secretaría del Trabajo, aclarándole que no estaban dispuestos a permitir que saliera perjudicado ni uno solo de los compañeros y que si esto sucedía presentarían todos su renuncia –que ya tenían firmada colectivamente- y harían saber a la organización tal hecho. Fue así como materialmente obligaron a Ayala a intervenir no sin antes les manifestara éste que para ello era necesario buscarse cuando menos un chivo expiatorio para que la Empresa quedara satisfecha; esta petición fue rechazada con energía y no le quedó a Ayala más remedio que solicitar la intervención de la Secretaría del Trabajo donde nuevamente se les manifestó la intención de buscarse uno o dos chivitos expiatorios pues la Empresa, decían necesitaba sostener su principio de autoridad, pues como ya dijimos su actitud se había interpretado como una rebeldía y falta de disciplina; nuevamente la actitud enérgica y unida de nuestros compañeros obligo a desistirse de esta pretensión saliendo avantes (sic) al lograr su total reinstalación; esto fue conocido por toda la organización, pues ello fue el motivo para que Ayala hiciera una campaña a su favor.
Este acto realizado por los camaradas n o fue en vano pues lograron que su problema se tratara ante la Secretaría del Trabajo en vez de hacerlo ante la empresa solamente, como lo venían haciendo. Pero lo cierto es que no se satisfacían sus peticiones: la empresa imponía como condición que se aceptaran el cambio de horarios y turnos que se les fijara, cambios que por perjudicar los intereses colectivos no fueron aceptados, y la empresa que sus peticiones estaban basadas en el aumento de la calidad y cantidad del trabajo por ellos desarrollado paras lo cual necesitaban de mayores conocimientos.
No fue sino hasta la revisión de 1958 cuando se intentó dar solución a sus peticiones; para ello se incluyó en el proyecto de revisión lo solicitado por Conmutadores mancomunando esto con peticiones del Departamento de Centrales Mantenimiento que también solicitaron reglamentación y retabulación de salarios.
Esto dio oportunidad a Ayala para que tratara de hacer chocar a los trabajadores de estos departamentos, en los cuales veía un peligro constante para no perpetuarse en el comité (los hechos posteriores así lo han demostrado) pues al haberse logrado, como consecuencia de la revisión de contrato, el que la empresa accediera a dar la cantidad de medio millón de pesos para que fueran derramados entre los trabajadores de Centrales y de Conmutadores en la forma que el sindicato juzgara pertinente, Ayala pensó que los trabajadores de estos departamentos se dividirían al no ponerse de acuerdo sobre las cantidades que cada departamento en particular se asignaran. Al ser llamados los representantes del Departamento de Conmutadores en compañía de los representantes de Centrales, le manifestó que ha Conmutadores que a los compañeros de Centrales les tocaban $ 327, 000,00 y a ellos –a Conmutadores- les tocaban $ 173, 000,00 cantidades proporcionales tomando en cuenta el número de miembros de cada departamento, a lo que manifestaron estar de acuerdo siempre y cuando no se modificaran los horarios y turnos; hay que hacer la aclaración de que esto sucedía cuando faltaban escasos minutos para que venciera el plazo fijado para que estallara la huelga y fue aquí donde Jorge Ayala consumó la traición que acabó de enardecer el ánimo de los compañeros de Conmutadores, pues no bien les acababa de decir lo anterior cuando a los cinco minutos les informaba que ya se había firmado el convenio que ponía fin al conflicto y en una de sus cláusulas aparecía que se darían los $ 173, 000, 00 a los compañeros de Conmutadores siempre y cuando en un plazo de 15 días, a partir de la firma, aceptaran el cambio de horarios y turnos. Ahí mismo rechazaron tal cláusula los compañeros manifestando, que no era a Ayala a quién se perjudicaba sino a los trabajadores de Conmutadores, que se olvidaran de los $ 173, 000, 00 y que se sujetaran al reglamento ya establecido; no valieron las amenazas de Ayala ni de la empresa, los compañeros no aceptaron tal imposición agregando que si la empresa conseguía generales ante la Junta de Conciliación el cambio de horarios no harían objeciones y acatarían el fallo, manifestando por otra parte que estaban en la mejor disposición de seguir discutiendo el asunto siempre y cuando fuera sobre las bases que los trabajadores sustentaban.
Posteriormente a la revisión del contrato continuaron las pláticas con la empresa quien aumento en $ 60, 000, 00 (sesenta mil pesos) su ofrecimiento inicial pero sin ceder en sus pretensiones de cambiar los horarios y los turnos, siendo rechazado tal ofrecimiento. Cuando ya se gestaba el Movimiento Restaurador la empresa cedió en su pretensión y al irse a firmar ya el convenio que daría el triunfo a los compañeros, la empresa manifestó que siempre no, que solamente que aceptaran su solicitud de cambiar los horarios. Se rompieron las pláticas por tal motivo, pues los compañeros no estaban dispuestos a ceder en sus justas peticiones.
Se estableció prácticamente un compás de espera en la lucha de estos compañeros por su mejoramiento con motivo del Movimiento Restaurador, pues los compañeros de Conmutadores enfocaron sus baterías hacia el Comité Nacional que encabezaba Ayala, pues éstos eran los responsables de la situación por la que atravesaba nuestra organización.
Se logró el objetivo del Movimiento Restaurador, del cual fueron parte importante los compañeros de Conmutadores; Gustavo Alcázar, Ezequiel Rojas y Antonio Corona, de Conmutadores, formaron la cuarteta que con Pedro García Cendejas apareció como iniciadora del Movimiento Restaurador.
Una vez estando al frente de nuestra organización el comité que la mayoría de los telefonistas elegimos, se reanudaron las pláticas ante la empresa tendientes a satisfacer las demandas de nuestros compañeros; la empresa con el interés de no dar solución se desistió de su pretensión de cambiar los horarios pidiendo en cambio que tales cambios sólo se aplicarían al personal de nuevo ingreso al Departamento de Conmutadores, esto era de aceptarse puesto que no se perjudicaban los compañeros que laboran actualmente,, que es lo que pretendía, pero además la empresa solicitaba que los trabajadores de Conmutadores se presentaran, al inicio de sus labores, en las casas de los abonados y no en los centros de trabajo de la empresa, petición que fue rechazada por contravenir el Reglamento Interior y porque de aceptarse sentaría un precedente funesto para la organización. Así mismo la empresa se negaba a pagar la retroactividad que en justicia les correspondía, pues alegaba que al haber desconocido el convenio de la revisión del contrato no tenían ningún fundamento legal para exigirla, pero ofreció cuatro meses de retroactividad como gratificación.
Así se pasaron casi dos años después de la revisión del contrato de 1958; dos años durante los cuales estos compañeros estuvieron sacrificando el aumento que de la derrama de los $ 173, 000, 00 aumentados con los $ 60, 000, 00 que posteriormente ofreció la empresa y sobre los cuales se hubiera aplicado el 16% obtenido por la contratación, que en total suma una cantidad de más de medio millón de pesos y de la cual hubieron de prescindir con el solo afán de sostener el criterio de los trabajadores y por consiguiente de la organización.
El convenio se firmó el día 22 de enero pasado, convenio que puso fin a una lucha por más de tres años sostenida y que culminó con un triunfo como ya dije antes, pero esto fue posible solo mediante el gran espíritu combativo de estos compañeros, al gran ejemplo de unidad que han sabido darnos.
Se logró que la empresa concediera la cantidad de $ 258, 000, 00 (doscientos cincuenta y ocho mil pesos) en lugar de los $ 173, 000, 00 que ofreció inicialmente, así como el importe de ocho meses de retroactividad para que los compañeros la repartieran como quisieran, así mismo la empresa se desistió de la pretensión de que los trabajadores se presentaran en la casa de los abonados, logrando por lo tanto sostener el criterio de los trabajadores.
Se demostró con esta lucha una verdad muy importante; que no se puede imponer a los trabajadores ningún convenio si no se tiene su consentimiento previo.
Queda ahí escrito un capítulo más de los que enorgullecen a nuestra organización y en particular a los compañeros del Departamento de Conmutadores que cuentan actualmente con el reglamento más ventajoso de los existentes en nuestra organización.
Un ejemplo digno de seguir compañeros.