Gran mitin de Orientación Proletaria.

Organizado por el Sindicato Nacional de Telefonistas, con la cooperación de la CTM, del Sindicato de Mineros, del de Electricistas, del de Petroleros, del de Ferrocarrileros y del de Tranviarios y el de Publicaciones Herrerías, celebrado en el teatro del Sindicato de Electricistas la noche del 11 de marzo de 1944.

-El C. Bernardino Valderrama (Srio. Gral. De Telefonistas).- Compañeros;

El  Sindicato Nacional de Telefonistas ha invitado a Ustedes a este mitin para exponerles nuestros problemas bastante difíciles, bastante difíciles en los días que corren, dado que el movimiento obrero del país atraviesa por un periodo bastante crítico.

Seguramente es del conocimiento de todos ustedes la forma en que se ha venido atacando a todos los trabajadores EN FORMA SISTEMATICA, tratando de dividirlos; pero a pesar de todo esto, seguramente que también habrán visto la forma en que algunos sindicatos como el nuestro, revolucionarios y de lucha, han venido respondiendo a esos ataques.

También se hará del conocimiento de ustedes la promulgación de algunos decretos ATENTATORIOS CONTRA LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES CONSAGRADOS EN LA CARTA MAGNA DE NUESTRO PAÍS. En el caso de los telefonistas, existe en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social un oficio de la Secretaría de Comunicaciones en DONDE SE AMENAZA de quitar los bienes de la Compañía Telefónica si llegamos a un movimiento de huelga emplazado y que no podemos evitar dadas las circunstancias intransigentes en que se ha colocado la Compañía Telefónica, y todos los esfuerzos de trabajadores han sido completamente nulos para llegar a un entendimiento o conseguir un mejoramiento económico. Naturalmente, la empresa se apoya seguramente EN EL APOYO OFICIAL QUE HAN VENIDO RECIBIENDO TODOS LOS SECTORES INDUSTRIALES.

Queremos que el Presidente de la República sepa que los trabajadores telefonistas vivimos con sentido de responsabilidad los momentos actuales, que nos hemos venido esforzando y que nos esforzaremos por mejorar y aumentar la producción, pero es injusto que solamente los trabajadores resientan las consecuencias de la guerra, mientras las empresas aprovechen la situación para amasar fortunas fabulosas.

El Sindicato Nacional de Telefonistas hoy, como en 1935, se enfrenta ante graves peligros que asumen caracteres nacionales, y que constituyen una verdadera amenaza para el movimiento obrero nacional. Por esta vez tendremos que afrontar la situación y será el Sindicato Nacional de Telefonistas quien tenga que marcar la pauta que habrán de seguir otros organismos revolucionarios que en muy pocos días tendrán que enfrentarse a problemas tan difíciles como el nuestro.

Es verdaderamente motivo de orgullo y de profunda satisfacción para nosotros desempeñar tan honrosos papel, pero es necesario que los representantes de organizaciones revolucionarias aquí presentes nos dan todo el respaldo que necesitamos para salir triunfantes en la obra que nos proponemos, pues sería de lamentar que ahora que es momento oportuno para asumir la responsabilidad que el movimiento obrero nos ha encomendado, no lo hacemos, mañana tengamos que dolernos de no haber aprovechado ese momento.

Por mi conducto, y como representante del Sindicato Nacional de Telefonistas, doy la más cordial bienvenida a todos los compañeros aquí presentes, a los que mediante todas las organizaciones aquí presentes y especialmente a la CTM, les damos la seguridad de que sabremos hacer honor al respaldo que se nos otorga en momentos como los actuales. Salud, compañeros.

 

El C. J. LUIS ZAMORA (de Electricistas). Camaradas: El Sindicato de Electricistas una vez más con toda la ponderación que siempre le ha sido reconocida, ya que su actuación ha sido siempre equilibrada y sensata y su acción siempre dirigida hacia todo aquello que signifique arrebatar un pedazo de justicia para el pueblo mexicano, para el movimiento obrero de México. En este plano de ponderación en esta su siempre eterna actitud de equilibrio, viene a recordar hoy, este día, como en aquel de 1915 en que tuviera el honor de compartir con tranviarios en muy íntima fraternidad, viene hoy nuevamente a compulsar su viejo sentimiento, ese viejo sentimiento de aspiración y de anhelo de justicia. Nada más de justicia a secas. He aquí nuevamente este ambiente levantado por Electricistas para recibir en su seno caras amigas y anhelantes de ese su noble afán, a los que saluda cariñosamente, con toda la sensatez, y con toda energía y con toda la virilidad que reclaman las circunstancias a que vayan de frente a la defensa de los intereses de los trabajadores.

Es verdad que atravesamos por una situación verdaderamente difícil por el estado de emergencia en que nos hallamos. Pero es también verdad el que todos los trabajadores de México, uno a uno, con la generosa nobleza que tiene el pueblo de México, ha sabido siempre responder a los anhelos de sus gobernantes. En este caso, se ha invitado en voz en cuello a todos los trabajadores de México a aumentar su producción, a aumentar su esfuerzo para rendir más, a dedicar sus energías a producir, haciendo del suelo mexicano un frente de guerra a la retaguardia para defender la columna inmarcesible (sic) de la democracia. Bajo este punto de vista que constituye una de las aspiraciones más bellos anhelos del Presidente y que ha encontrado eco en cada uno de los trabajadores de México, y nos encontramos con el revés de la medalla, una tendencia inexplicable a tratar de destruir los bellos anhelos que han sido siempre abrigados por los trabajadores, y que viene a revelarse por la actitud capitalista en estos últimos días. Efectivamente, se ha venido sucediendo una cadena de conflictos en los que el capitalismo de nuestro país tal parece que considera que las medidas tomadas, que los esfuerzos generosos del pueblo de México, del trabajador –que es lo mejor-, tal parece que cree que la actitud del Gobierno deban aprovecharla como el momento más oportuno y más propicio para que al calor de esos sentimientos vengan ellos a medrar y a chupar toda la riqueza de nuestro suelo, como siempre lo han hecho con nuestro país, convirtiéndose en un país todavía de conquista. Óigase bien, y que no se confunda la nobleza del trabajador con la cobardía y vilantez, que no por el hecho de que el trabajador con toda nobleza se disciplina y respeta los anhelos de su gobierno se crea ya que ha perdido las características del trabajador valeroso, que ha venido, a través de una o dos décadas, conquistando una posición mejor para sus hijos y para sí mismo, para su familia,  un lugar en el concurso del progreso, porque si ayer de una manera agitada y valerosa en lucha más serias que en las que en la actualidad tenemos, hoy también puede llegar a hacerlo cuando se sienta hondamente lastimado porque el capitalismo sin alma siga tratando de burlar las leyes del país.

En este caso, el Sindicato Mexicano de Electricistas os felicita porque con toda gallardía os habréis puesto a la defensa de nuestros derechos que son los de vosotros y de todos nosotros. En todo aquello que signifique amor y vida al país, en todo aquello que significa mantener enarbolada la bandera de los derechos creados a base de tantos sacrificios y de tanta sangre derramada por nuestros hermanos durante la época de la Revolución ya que hemos visto que hoy es más necesario aprestarse y estar codo con codo para ir juntos en la lucha de la eterna defensa de los derechos  de cada una de nuestras familias y de nuestros derechos como mexicanos, para que podamos con orgullo sentirnos satisfechos de mantener incólume e inviolable del derecho consagrado en la Ley Federal del Trabajo y en la Constitución de 1917. Son pues mis palabras, compañeros, un saludo y un afectuoso abrazo en esta lucha. El Sindicato de Electricistas ayer como hoy extiende su mano generosa y fraternal hacia vosotros. Moralmente estamos con vosotros de la manera más amplia y gallarda y estaremos a la altura de nuestro deber en el momento en que las circunstancias demandan la posición a ocupar para salvar todo el movimiento obrero de México. (APLAUSOS).

 

El C. MOISES BARRERA (Srio. Gral. del Sindicato Ericsson).

Compañeros Trabajadores: En estos momentos me encuentro ante ustedes no para expresar el sentimiento mío, sino que vengo a expresar a ustedes lo que se acordó y lo que se discutió en la Décima Convención de nuestro Sindicato. Quiero decirles a los Trabajadores del Sindicato de Telefonistas de la Mexicana, que los de la Ericsson estamos dispuestos a ir hasta donde ustedes lleguen. Tengan la perfecta seguridad de que los trabajadores de la Ericsson van a demostrar en todos que son responsables de lo que aquí se está haciendo. Ahora, para terminar, porque no quiero extenderme mucho, compañeros de la Mexicana, si la petición que ustedes están haciendo los conduce al movimiento de huelga, los trabajadores de la Ericsson –y que lo escuche todo el mundo-, estamos dispuestos a ir con ustedes por solidaridad. (APLAUSOS).

 

EL C.FCO. IRACHARETA (De Petroleros) (Lee un breve saludo afirmando que el lunes próximo irán a la huelga, añadiendo que se están sentando las bases que harán peligrar las conquistas en el futuro y que es preciso de una vez enfrentarse a la situación, porque ha pasado la época en que el gobierno fuera tutor del movimiento obrero y es ahora a los obreros a los que toca defenderse, y no a los que tienen intereses inversos, y que si EN ALGÚNA OCASIÓN ESTUVIERON CON LOS NUESTROS AHORA ESTAN CON NOSOTROS EN ABIERTA PUGNA. (APLAUSOS).

 

EL C. MARIO PAVÓN FLORES –dice- (Srio. Gral. de Electricistas), [asesor jurídico del SNT]. Camaradas: En este mitin, si bien reducido en concurrencia, está representado lo mejor del movimiento obrero de México y toda la opinión del proletariado está pendiente de la forma de plantear este problema, así como otros inquietan a la opinión pública, y están pendientes también de la solución que aquí se tome, como expresión de la conciencia proletaria.

El problema que nos ocupa tiene profundas raíces en la historia brillante del Sindicato Nacional de Telefonistas, porque arranca de la última acción que realizó en 1941 sostenida por medio de la acción huelguística, obteniendo por ella importantes conquistas no sólo para su conglomerado sino para toda la clase obrera en su conjunto, estableciendo por primera vez un precedente de singular importancia para todos los sindicatos en sus conflictos huelguísticos con las empresas. Todo movimiento obrero de México recuerda que en ese año, a raíz de la elevación de las tarifas en un 35% el Sindicato demando la reparación de una serie de violaciones y un aumento adecuado en los salarios, y propuso, en un gesto patriótico y de beneficio a las clases populares, el retirar íntegramente sus demandas, sus peticiones, si la Compañía estaba de acuerdo en dejar sin efecto las tarifas. Esta actitud vino nuevamente a significar al Sindicato de Telefonistas como un defensor no solo der sus intereses gremiales sino de todos los intereses generales de la clase obrera, y así ahora, en  1944, corresponde igualmente a la Organización misma tomar la bandera de la clase obrera para colocarla en los sitios más elevados y de mayor honor. Y a esta situación llegamos después de 5 meses de luchas,  porque el conflicto, en los términos en que hoy se plantea no es sino la consecuencia de que la Empresa pudo comprar, pudo cosechar o convencer a un Comité que no satisfizo las legítimas aspiraciones de los telefonistas. Todos nosotros sabemos que las Empresas, valiéndose de los procedimientos tortuosos, a espaldas de la organización, pretendió concertar un convenio en virtud del cual se prorrogara el contrato colectivo de trabajo por dos años, mediante un miserable diez por ciento, y esto ni siquiera para todos los trabajadores, sino simplemente para aquellos que no hubieran percibido la compensación de emergencia establecida por la Ley, y –camaradas-, es justo hacer constar que el Sindicato Nacional de Telefonistas con motivo de esta situación, demostró en forma categórica que cuando un núcleo del proletariado tiene conciencia de sus interese y una arraigada ideología revolucionaria, no pueden entonces existir comités venales ni empresas que cumplen con los representantes. Así fue como el conglomerado del Sindicato Nacional de Telefonistas designó a un nuevo Comité representativo de sus verdaderos intereses, representativo de lo mejor de sus hombres y de sus mujeres, para que luchara a muerte por mejores condiciones de trabajo, por una revisión (sic) del contrato y por un aumento de salarios, adecuado a las enormes utilidades de la Compañía y al alto costo de la vida. Pero la Empresa no permaneció en la inacción sino que por el contrario, recurrió a los procedimientos más tortuosos, más reprobables, que deberían poner vergüenza en el rostro de los representantes patronales, y pretendió mediante una serie de procedimientos, que la autoridad estimara que el convenio firmado por ese Comité venal tenía existencia jurídica y que por lo tanto el contrato estaba prorrogado por dos años, a cambio de 10 por ciento a que he hecho referencia. Eso sabemos en forma extra-oficial pero auténtica, que los representantes de la Cía. Telefónica Mexicana pretendieron que las autoridades registraran ese convenio sin la ratificación del Sindicato, para que éste tuviera que ceñirse forzosamente a él, pero también tenemos conocimiento de que tanto la Junta Federal como o en la Secretaría del Trabajo tal pretensión fue desechada por absurda, por indebida, por ilegal y por contaría a los principios que esa institución sostiene. Antía esa primera derrota los representantes de la Compañía, como lo saben los compañeros del Sindicato de Telefonistas, promovieron una demanda contra la organización –demanda si así puede llamarse-, pretendiendo que las autoridades declararan que el contrato colectivo anticipadamente estaba prorrogado, y que en los trabajadores estaban satisfechos con el diez por ciento. Y, -camaradas-, nuevamente fue posible, porque la Organización estaba en lo justo  y se apoyaba en la Ley, impedir toda maniobra, en forma tal, que aquella demanda progresara los representantes de la Compañía y personalmente su abogado Patrono Licenciado Luis G. Basurto, llegaron a pretender cohechar al representante obrero del grupo número 5, ofreciéndoles diez mil pesos para que traicionara la huelga. El Comité apoyado en forma firme y decisiva por el Comité Nacional de la CTM, iniciaron la lucha para que la Compañía reconociera que el Convenio no ratificado ante las autoridades no tenía validez legal, y que el sindicato ejercitaba un derecho legítimo al solicitar la revisión del contrato, y fue necesario que transcurrieran varias semanas y que interviniera el Lic. Palacios con el espíritu revolucionario y la honestidad que lo caracteriza, para que la empresa finalmente, en un documento de los primeros días de febrero, aceptara entrar a la revisión del contrato colectivo de trabajo. En el curso de las pláticas privadas que el Sindicato celebró con la Empresa, los representantes de ésta llegaron a ofrecer un 15% de aumento sobre los salarios tabulados, a cambio de que el Sindicato admitiera que se elevara el número de empleados de confianza y que el contrato quedara nulificado en una serie de importantes prerrogativas, y, como es natural, esta proposición fue rechazada manteniéndose firme el Sindicato en sus peticiones originales que se sintetizan de la siguiente manera: Primera, que las compensaciones por la Ley de Emergencia quedan firmes durante todo el término del contrato; que dicha compensación de emergencias repercuta sobre todo el término del contrato; que dicha compensación repercuta sobre todas las prestaciones contractuales como tiempo extra, fondo de ahorro, compensaciones por antigüedad, etc.,  etc.,, y que sobre la cantidad de los salarios tabulados, más la compensación de emergencia, la Compañía otorgara un 35% de aumento. Además, en una actitud singular, realmente extraordinarias, comprendiendo la verdadera medula de la Ley del Seguro Social, el Sindicato exigió que la Empresa pagara íntegramente todas las cuotas del Instituto Mexicano del Seguro Social, y que además, todos los compañeros regados por los diversos sitios de la República fueran participes de las ventajas del contrato colectivo de trabajo, en materia de previsión, más las ventajas del Seguro Social. En este aspecto, el Sindicato Nacional de Telefonistas dio la pauta verdaderamente revolucionaria frente a las organizaciones equivocadas o dirigidas con mala fe, que luchan contra el Seguro Social, demostrando que no debe de lucharse contra una institución revolucionaria sino tratarse de que sea el patrono quien pague las prestaciones, y que esa Ley, benéfica por muchos aspectos, se extiende por todo el territorio nacional. Asimismo el Sindicato planteo toda una serie de modificaciones y clausulas de carácter contractual de suma importancia, como compensación por antigüedad, fondos de ahorro, rentas por casa habitación, etc., etc. Y en las pláticas privadas, por desgracia más para la Compañía que para nosotros, no fue posible llegar a ningún arreglo, por cuyo motivo se hizo indispensable que las pláticas continuaran tan solo con la intervención del C. Subsecretario del Trabajo y Previsión Social, pero el Sindicato se enteró entonces de que la Compañía al contestar el pliego de peticiones, había realizado un  nuevo acto de deslealtad y que el gerente de la Empresa, con sus colaboradores, nuevamente no hacía honor a la palabra y al compromiso empeñados. Así encontramos que el pliego de peticiones desconocía el compromiso adquirido el 4 de febrero en el sentido de entrar a la revisión del contrato, y desconocían, con el mayor cinismo que hubiera ofrecido el 15% de aumento a los salarios. Tuvimos conocimiento de que la Empresa sobre la base de esa de esa falta de lealtad, estaba haciendo gestiones ante las autoridades del Trabajo, para que antes de que estallara el movimiento de huelga les hiciera una declaración en el sentido de que la huelga sería calificada como inexistente. Felizmente para nosotros y para el movimiento obrero,  y para el propio régimen, nos es decir públicamente –porque no se nos expresó en forma confidencial-, que as autoridades tanto de la Junta como de la Secretaría del Trabajo, expresaron que la postura legal del Sindicato era completamente correcta y que de estallar el movimiento de huelga tendría que ser declarado inexistente, es decir, que con satisfacción debemos dejar constancia de que todas las maniobras de los representantes patronales no han tenido éxito en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, y que, por el contrario, se nos ha otorgado que merece un movimiento justo, perfectamente fundado, que, por otra parte, se ciñe a las posibilidades económicas de la Empresa. Se ha podido demostrar, con todas de la Organización, que posteriormente fueron confirmadas por los mismos representantes de la Empresa. Se ha podido demostrar, con  todas de la Organización, que posteriormente fueron confirmadas por los mismos representantes de la Empresa, que en 1941 tenía Diez millones de pesos de ingresos totales y que para 1944 tenía calculado tener ingresos totales de catorce millones seiscientos mil pesos. Es decir, que durante la vigencia del contrato, sus ingresos se habían elevado en más de cuarenta por ciento, y, -camaradas-, ese cuarenta por ciento en las elevación de ingresos que los representantes de la Compañía confirman, no corresponde a la actitud de la Compañía ofreciendo tan solo un infeliz diez por ciento de aumento en los sueldos. Por otra parte, la Empresa pretendió durante las pláticas, que el aumento derivado de la Ley de Compensación de Emergencia al salario insuficiente que se eleva a la suma de $475.000.00 anuales, se cargara al costo del contrato colectivo de trabajo, como si ese aumento se hubiera derivado de una disposición legal distinta totalmente a la revisión del contrato. Y, en fin, concretando sus proposiciones, la Empresa expresa que en números redondos estaba dispuesta a ofrecer al Sindicato Nacional de Telefonistas, por la revisión de su contrato, la suma de $125.000.00 al año. En estas condiciones, por más formulas, por más actitudes transigentes y por más propósitos conciliatorios, no ha sido posible llegar a ningún entendimiento, y la perspectiva que tenemos enfrente es que el próximo lunes a las tres horas en el Distrito Federal y a doce horas en el resto de la República estalle una huelga justa, legitima. No tenemos duda de que la Representación de la Compañía Telefónica nos conducirá necesariamente a esta acción de la cual ella será íntegramente responsable. Pero nosotros debemos de analizar porque causas esta Empresa norteamericana adopta semejante actitud. En primer lugar, para no dejar conceptos inequívocos, debemos afirmar categóricamente que los representantes de la Compañía, que la propia Empresa, y que el Trust de la International Bell están siguiendo en este caso una política contraría al pueblo norteamericano y a los principios democráticos, y que traicionan los principios grandes de buena voluntad y los principios de amistad para nuestro país y para los trabajadores de todo el mundo que ha sostenido el gran presidente Roosevelt. Recordamos que el Gerente anterior señor Burrel en alguna ocasión nos expresaba que el Coordinador de Asuntos Latinoamericanos en una conferencia celebrada en México llama la atención a las empresas norteamericanas para que adoptaran una actitud más justa, más humana y equitativa para con los trabajadores, y que él estaba de acuerdo con estos principio. Que consideraba que era justa y constituía la mejor política del capital norteamericano en Latinoamérica, pero desgraciadamente a este hombre que dentro de las limitaciones de un puesto patronal se ajustaba a seguir los principios democráticos, y que era leal a la política de su país, ha seguido en la dirección de la Empresa un individuo que pertenece a la casta nazifachista y que no hace honor a los principios de su patria y que es más miserable que todos los judíos más miserables que existan. Pero Mr. Mac-Clocan se olvida que en 1941, Ogilbi, por no haber atendido los principios democráticos de los trabajadores, paso de la Gerencia de los Ferrocarriles al puesto de Intendente de Edificios de la National Bell de Nueva York, pero este señor no tendrá que ocupar este puesto sino que le tocara el de barrendero o el de Mozo.

Pero es que también la Compañía se aprovecha de determinada situación que existe en la política interna del país, así como también de diferencia que se presentan en el seno del mismo Gabinete Presidencial. Así, por ejemplo, tenemos conocimiento fidedigno, por el propio documento correspondiente de ese hombre funesto para el Presidente de la República y para la Revolución, Maximino Ávila Camacho (SILBIDOS Y GRITOS) ha dirigido una comunicación a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, expresándolo que si el próximo lunes estalla el movimiento de huelga del Sindicato de Telefonistas, la Secretaría de Comunicaciones hará uso del derecho que le concede el artículo 116 de la Ley de Vías de Comunicaciones para requisar toda la Compañía y todos los trabajadores. VOCES. ¡Está muy loco!

EL ORADOR CONTINUANDO.- Y todavía tiene el cinismo de haber tomado esta resolución por lo que él cree su propio derecho y aún pone al margen del dicho oficio “Con copia al Presidente de la República para su conocimiento”.

Compañeros: camaradas del Sindicato Nacional de Telefonistas y demás representaciones aquí presentes; hemos estudiado el contenido del artículo 116 de la Ley de General de Vías de Comunicaciones a que he hecho referencia. Y ese precepto tiene una médula patriótica, porque mediante él se pretende evitar que en momentos difíciles para la patria, en ciertas situaciones en que peligra la paz interior, el Gobierno tenga en sus manos una arma para poner en orden a las empresas intransigentes; pero en este caso no se pretende hacer uso del artículo 116 con ese noble propósito, sino que para impedir que los trabajadores ejerciten un derecho de los más altos como el de huelga, que consagra el artículo 123 constitucional, no puede haber pugna ni discusión de categorías. Y el artículo 123 constitucional está en vigor, no puede ser tocado, no se encuentra comprendido dentro de las facultades que se otorgan al señor Presidente de la República, y ni el propio Presidente de la República puede tocar el derecho de huelga.

Y –camaradas-, si por una infortunada situación se pretendiera hacer prevalecer un precepto de secundaria importancia sobre ese artículo 123 constitucional que forma parte de la médula del pueblo, y que tiene la sangre y las ansías de todos los mexicanos, podrán requisar a la empresa,  podrán requisar todos los anexos de la compañía, pero a los trabajadores telefonistas no los requisa nadie. Y por sobre cualquier arbitrariedad, los trabajadores telefonistas tendrán, como cuentan, todo el apoyo de la clase obrera y con el apoyo de la CTM, harán que se respete el derecho de huelga en forma ilimitada.

Por otra parte, el último decreto del Gobierno en relación con los trabajadores petroleros, decreto anticonstitucional, porque el artículo 127 no puede ser reformado por decretos del Presidente, además de las consecuencias que tiene para el movimiento obrero, además de la enorme repercusión que tiene sobre el porvenir del proletariado mexicano –de cuyo asunto se ocupará con amplitud seguramente la CTM después de la asamblea del martes-, es evidente que en el caso nuestro ha venido a alentar a la Compañía, porque cree la empresa que así como en el caso de los ferrocarrileros se ha votado un decreto que deja sin efecto su contrato colectivo. Que lesiona profundamente la existencia del Sindicato, así también será posible que en el caso de este servicio público como el telefónico, se lleven a cabo las medidas con que amenaza Maximino Ávila Camacho. Esto no podrá suceder nunca. No podrá suceder, porque los trabajadores del Sindicato Nacional de Telefonistas son trabajadores dignos, son trabajadores de gran conciencia, son trabajadores que saben que el próximo lunes al poner las banderas de huelga, con ese hecho, no se estará ventilando un asunto, un conflicto personal de los telefonistas, sino que estará en el tapete de la Revolución Mexicana el derecho de huelga y el porvenir de la clase obrera. Todos los compañeros que representan a las diversas organizaciones pueden estar totalmente seguros de que el Sindicato Nacional de Telefonistas, salvo que haya un arreglo que satisfaga, lo cual parece poco probable, ejercitará el derecho de huelga y defenderá y obtendrá para los trabajadores de México un nueva y resonante victoria. (APLAUSOS).

 

El C. GABINO VALADEZ (De Tranviarios). Poco nos resta hablar en esta noche, porque el Lic. Pavón Flores acaba de expresar en forma categórica la forma más viable de plantear este problema. La Alianza de Tranviarios por mi conducto trae un saludo fraternal para todos los compañeros en este momento en que necesitan que se les inyecte la solidaridad de todos los trabajadores, una solidaridad que sea efectiva.

Los Tranviarios, no es esta la primera ocasión que viene a pasar lista de presente al lado de las organizaciones más fuertes de México, y en esta ocasión vienen a decirles a los telefonistas que si el lunes a las doce estalla su movimiento de huelga, los Tranviarios estarán con ellos. Ese procedimiento que Pavón Flores expresaba en el sentido de querer asustar a los trabajadores, ya la Alianza de Tranviarios, como ustedes recordaran que llevo a cabo su movimiento que duro unas cuantas horas, también fue gravemente amenazada de que si estallaba el movimiento de huelga, serían incautadas las propiedades de la empresa con los trabajadores de la misma. Es una farsa de las más burdas, y no es cierto. No es cierto eso que dice el Gobierno y la Compañía, porque por boca de las compañías siempre se expresan esas mentiras y, sencillamente, cuando los trabajadores están decididos a luchar, nadie, absolutamente nadie los detiene. Nosotros, a pesar de todas esas cosas y amenazas, llevamos a cabo ese movimiento de huelga, precisamente patrocinados por el Lic. Pavón Flores, Licenciado al que la Alianza le guarda profunda estimación porque es uno de los pocos hombres que no les alcanza el dinero a las empresas para poderlo comprar.

Camaradas: A mí personalmente, habiendo sido miembro del Comité de huelga entonces, me consta la forma en que el Licenciado se portó defendiendo los derechos de los Tranviarios y espero que en esta ocasión procederá en la misma forma para llevarlos al triunfo. Creo que ya es tiempo de que todos los trabajadores, no solo los Tranviarios, no sólo a los Telefonistas, no sólo los Petroleros, despierten de ese letargo en que estamos viviendo. Qué más podemos ver? Se está tratando de mutilar los contratos colectivos de trabajo y de quitarnos la única arma que tenemos los trabajadores y, de ponernos en manos de las empresas. Ya vemos como ese periódico venal que se llama “Ultimas Noticias” en forma asquerosa ha estado tratando de desprestigiar los movimientos que los Ferrocarrileros efectúan, y de instaurarlos por esos actos que en forma de hombres han llevado a cabo para defender sus derechos y “Ultimas Noticias” ha tratado de vilipendiarlos porque han estado a la altura de su deber. Por eso necesitamos que no sea solo los Ferrocarrileros sino todos los trabajadores los que sepan hacer valer sus derechos, para no ser víctimas de los capitalistas. La reacción ha querido no solo explotar a los trabajadores sino a sus familias y el pueblo y, es necesario que todos los que están aquí reunidos nos decidamos a luchar con el corazón en la mano y no solo las palabras. Que las organizaciones que vengan a darnos solidaridad la hagan efectiva para que el momento necesario lleguemos hasta donde debamos. Salud. (APLAUSOS).

 

EL C. ISIDORO GUTIERREZ B. (Srio. Gral. de Petroleros). Hace algunos años que tuve la oportunidad de luchar en el movimiento revolucionario de México, codo con codo con el compañero Mario Pavón Flores en el Estado de Veracruz, cuando la huelga de los Petroleros de Coatzacoalcos. Desgraciadamente en esta ocasión nos toca hablar en segundo o tercer término del compañero Mario Pavón Flores, elemento revolucionario a quien hemos reconocido los trabajadores del Estado de Veracruz como elemento de convicción, de principios y de acción revolucionaria.

Ayer en la tarde cuando el compañero Cantú me informaba de la invitación que hicieron los telefonistas, me sentí grandemente orgullosos y también todo el Comité Ejecutivo del Sindicato Petrolero, porque comprendimos que era llegada la conclusión de que ante la necesidad, de que ante una labor traidora de los elementos reaccionarios de la República Mexicana, se obligaba a los trabajadores de nuestro país a entender la necesidad de luchar codo con codo y de entendernos para llegar a la finalidad que perseguimos a través de nuestras organizaciones. El problema que tienen los compañeros telefonistas en puerta, que indiscutiblemente tendrá que estallar el lunes es el mismo que los trabajadores petroleros de la República tenemos en pie, tenemos enfrente, porque indudablemente si la Empresa Petrolera, si la institución petrolera se niega a reconocer nuestra solicitud que a través de un proyecto de contrato que hicimos el día 17 de los corrientes, tendremos que llegar a la misma conclusión: a la huelga. No nos amedrenta ni por un memento el hecho de que estén mutilando los contratos colectivos de los compañeros Ferrocarrileros. Estamos frente hacia la lucha y tendremos que permanecer en ese frente. Si hay necesidad de que lleguemos al extremo, el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República estará con ustedes. Y si en estas circunstancias, si en esta gallarda defensa de la lucha, si en esta gallarda defensa de los hombres que dieron su sangre por defender el artículo 123, hay necesidad de que se nos dé un caballazo, lo tendremos que soportar de cara, de frente, pero con el sombrero bien levantado.

Hace algunos días que posiblemente ustedes habrán pensado muy mal de los trabajadores petroleros, por el paro que hicimos el sábado, que hace ocho días se llevo a cabo. Es posible que ustedes se hayan formado un concepto contrario a nosotros, pero es necesario decir aquí que, con todo el dolor de nuestro corazón, con todo el alto entendimiento de que íbamos a hacer grande daño a los trabajadores, procedimos; pero es que también tenemos necesidad de exigir a la institución petrolera el cumplimiento del contrato colectivo que hace dos años se firmó y que desde entonces hasta la fecha no se ha cumplido ni en la vigésima parte. Es necesario, queridos compañeros, es necesario, señores intelectuales, que conozcan ustedes que desde el día 27 de diciembre en que el Comité Ejecutivo del Sindicato de Trabajadores Petroleros que en alto honor tengo el representar, fecha aquella en que tomo posesión, Petróleos Mexicanos le cerró la puerta por siempre y no quiso, por ningún termino absolutamente, tratar los asuntos que afectaban los intereses colectivos en lo general y en particular los intereses de cada uno de los trabajadores que constituyen nuestro Sindicato. Hubo necesidad de que los compañeros de la Zona Norte tuvieran que decretar un paro el día 21 del mes próximo pasado, para hacer respetar uno de los compromisos más claros que existan dentro de nuestro contrato colectivo de trabajo. Hubo necesidad, con dolor de nuestra alma, de que se prohibiera la carga de que los barcos petroleros norteamericanos estaban cargando el combustible necesario para ayudar a los hermanos de Europa, para hacer frente a la agresión Hitleriana. Pero nosotros, con alto concepto de responsabilidad patriótica, ordenamos la carga de esos dos barcos. Y, felizmente para nosotros y, felizmente para ustedes, compañeros de lucha, sin discusión, sin argumentos, sin ofensiva verbal, Petrolees Mexicanos tuvo que reconocer el lunes que nos asistía la razón y totalmente reconoció que había necesidad de liquidar los salarios anómalos que desde 1938 existían en la industria petrolera. Compenetrados de ese principio, compenetrados de esa alta responsabilidad patriótica, nosotros concedimos a Petróleos Mexicanos solamente 45 días de retroactividad para esos salarios.

Sería largo, estimados compañeros telefonistas, hacerles una amplia exposición de los motivos que hemos tenido para declarar dos paros solamente en 60 días que tenemos de funcionar como representantes de los compañeros petroleros; pero solamente con eso pueden convencerse de la razón que asistía a los compañeros petroleros, vuestros hermanos de clase.

Nuestro contrato colectivo de trabajo se forma de 286 clausulas. De esas 286 clausulas, están violadas 285. De esas 285 cláusulas violadas de nuestro contrato colectivo, existieron, hasta el día 13 de enero, 743 casos concretos de violaciones en tan solo 29 secciones que constituyen hasta la fecha nuestro Sindicato.

No sabemos hasta la fecha cual sea el destino nuestro. No sabemos hasta la fecha cual vaya a hacer la resolución que con la intervención del Secretario del Trabajo y Previsión social nos espera. Tenemos esperanzas de resolver en forma conciliatoria todas las violaciones que hasta la fecha existen a nuestro contrato, pero esa esperanza es dudosa. Y es dudosa, porque nada menos el día 17 de los corrientes termina nuestro contrato colectivo de trabajo y nosotros vamos a presentar la revisión del mismo. Como consecuencia, creemos que Petróleos Mexicanos se obstinará, se habrá de aferrar en un círculo vicioso, para no reconocer la interpretación más calar de cada una de las cláusulas de ese contrato a efectos de restarnos posibilidades para la argumentación de nuestro proyecto de contrato.

Es por esto, compañeros, que ayer,  cuando el camarada Gilberto Cantú me informaba de la invitación de ustedes, es por esto, compañeros que ayer, cuando me informé por la prensa del decreto del Presidente, por medio del cual destruía los puntos avanzados del Sindicato de Ferrocarrileros, pensamos, con dolor, pero con sinceridad habremos de declarar aquí, que los trabajadores petroleros creemos que había llegado el momento de que la raza trabajadora de la República Mexicana debíamos unirnos en un solo hombre para defender los intereses de los trabajadores de la República Mexicana. (APLAUSOS).

Venimos a decir categóricamente los trabajadores petroleros que están con la Revolución, en esta ocasión, venimos a decir por conducto de cada uno de los elementos que han concurrido a este magno y cariñoso mitin, QUE LOS

LOS TRABAJADORES PETROLEROS PREFIEREN MORIR DEFENDIENDO LOS PRINCIPIOS REVOLUCIONARIOS QUE NOS LEGARON LOS HOMBRES QUE FUERON A REGAR SU SANGRE POR MANTENER INCOLUME DENTRO DE LA Constitución de los artículos 123 y 127, aun cuando tengamos que perder todas las conquistas, compañeros. Venimos a declarar categóricamente, compañeros Telefonistas –dice Ferrocarrileros- que nosotros estamos con ustedes hoy,  mañana y en cualquier momento. Estaremos con ustedes por siempre, defendiendo nuestras conquistas revolucionarias a través de nuestro contrato colectivo de trabajo. Venimos a decirles, compañeros Telefonistas –dice Ferrocarrileros-, si por casualidad ustedes se encuentran por aquí, QUE EL DOLOR QUE HOY ESTAN SINTIENDO ES TAMBIEN EL DOLOR DE LOS TGRABAJADORES PETROLEROS Y QUE IREMOS CON USTEDES A DONDE QUIERA QUE SEA PERO DEFENDIENDO ESOS SAGRADOS CONTRATOS QUE HEMOS CONQUISTADO A TRAVES DE MUCHAS LUCHAS.

Para el martes nuestra Central Obrera nos ha invitado para que concurramos a discutir lo relacionado con el problema más duro que en la historia del movimiento obrero de nuestro país se ha presentado. Y el Sindicato de Petroleros por mi conducto –es necesario que lo conozca cada uno de los compañeros que están aquí, cada uno de los intelectuales que están aquí, cada uno de los concurrentes que haya venido a este honorable mitin-, que el Sindicato de Trabajadores Petroleros tendrá que defender la posición revolucionaria que le corresponde. Hay que advertir dos cosas compañeros, con toda honestidad, los camaradas que constituyen el Comité Ejecutivo del Sindicato de Trabajadores Petroleros que en esta ocasión se encuentra en funciones, entre ellos, no encontraran elementos intelectuales, entre ellos encontraran indios, elementos de raza azteca, zapoteca, indios que vinieron de los campos, pero con un corazón bien puesto para exponer lo que piensan, para exponer que es necesaria a su Comité para defender los intereses de los trabajadores. Yo invito al compañero Mario Pavón Flores para que exponga en este honorable mitin quiénes hemos sido trabajadores petroleros a través de la lucha durísima, a través de todas las luchas completamente desiguales. Por eso es que me complace en esta ocasión, compañeros, felicitarlos por la actitud viril, ya que he sido testigo presencial de cuando se dijo que si se llegaba a la huelga telefónica sería necesario incautar la Compañía Telefónica para resolver esta situación pero de esto no hay que tener miedo Estamos en una situación igual los Ferrocarrileros, los Petroleros y Ustedes, pero venimos a decirles categóricamente que estamos con ustedes hoy, mañana y donde quiera que estén. (APLAUSOS).

 

EL C: MARIO MONTENEGRO.- (Srio. Conflictos de la CTM). Compañeros: Quienes por alguna circunstancia hemos venido siguiendo la historia sindical revolucionaria del Sindicato de Telefonistas, conocemos perfectamente bien cuál ha sido la actitud gallarda de ustedes ante todos y cada uno de los problemas. También quienes por circunstancias especiales hemos intervenido junto a ustedes en sus problemas, sabemos de sobra la entereza y la convicción de ustedes y cada uno de los antecedentes en todos y cada uno de los problemas. También quienes por circunstancias especiales hemos intervenido junto a ustedes en sus problemas, sabemos de sobra la entereza y la convicción de ustedes en todas y cada uno de los antecedentes de lucha han tenido frente a la empresa imperialista que regentea los teléfonos Mexicana. El movimiento obrero de México debe mucho al sacrificio y a la abnegación de los telefonistas. Han sido ustedes quienes con su actitud han logrado plasmar conquistas de importancia máxima, que muchos organismos sindicales no obstante desear tenerlas no las han logrado. Han sido ustedes los telefonistas los que han logrado en movimientos anteriores como el de 1935 y 1937, conquistas como la del fondo de ahorro, las de las cuarenta horas semanarias, y en consecuencia el movimiento obrero de México vive agradecido a los telefonistas por esa actitud y antecedentes, a quienes los conocemos, nos hace pensar y tener la seguridad y la certeza de que en este conflicto usaran ustedes de esa misma convicción, de esa entereza y de esa decisión, y que con ella habrán ustedes de salir avantes en esta lucha en que están empeñados. Están luchando, desgraciadamente, con una empresa poderosa, con una empresa capitalista imperialista que no para en mientes para seguir caminos tortuosos para aniquilar un organismo  sindical. He asistido con el Comité Ejecutivo de vuestro Sindicato a las pláticas diarias de la Secretaría del Trabajo, y soy testigo presencial de los procedimientos villanos que se asignan para aplastar los deseos de los telefonistas de su mejoramiento económico y social. Soy Testigo de eso que el camarada Pavón Flores les manifestaba aquí y de que ofrecen un porcentaje sin aclarar el concepto sobre lo que es ese porcentaje, y de que la empresa siempre da interpretaciones que nunca pensó dar originariamente, porque solamente estamos concurriendo a una mascarada ya que no es el propósito leal de la Empresa el de llegar a un entendimiento con ustedes y sólo pretende hacer tiempo para que con sus influencias políticas hagan posible un acontecimiento en que ellos confían y que aseguramos a ustedes que no llegara a ocurrir. Se habla de que como consecuencia de un estado de emergencia no será posible que los telefonistas de México ejerciten un derecho perfectamente legítimo consagrado en la Constitución, inviolable, porque es el artículo 123 constitucional; con el pretexto de que el estado de emergencia reclama hacer sacrificios. Es mentira. Es mentira que el estado de emergencia reclame hacer sacrificios a los trabajadores y les prive de un derecho, y que, en cambio de todas las facilidades a empresas capitalistas extranjeras capitalistas, que no secundan el criterio y la orientación política del Gobierno norteamericano, y que están explotando a los mexicanos. Eso no podrá acontecer.No podrá acontecer, así existan muchos documentos; la C.T.M. tiene confianza en que vivimos en un régimen institucional con garantías y que el criterio del Señor Presidente respecto al pueblo trabajador mexicano no ha variado. Sabemos que muchos funcionarios desgraciadamente no son leales a la política del Presidente. Sabemos que abuzando de la confianza de él, hay malos funcionarios que hacen daño al movimiento obrero, porque al movimiento obrero organizado esos funcionarios de derecha le tienen miedo ya que han podido escarmentar en épocas anteriores de lo que es capaz ese movimiento, y no quieren que permanezcan ustedes unidos en pie de lucha, porque saben a lo que se exponen y las consecuencias que para ellos pueda traer, y pretenden hoy por un camino y mañana por otro, pero invariablemente pretenden abatirnos, aniquilarnos; pero tenemos la seguridad de que si todos los camaradas de las distintas agrupaciones sindicales tienen la convicción y la unidad interna de los telefonistas, esas maquinaciones fracasaran y el movimiento obrero permanecerá perfectamente unido, y dará la batalla a quién quiera recibirla de parte del movimiento obrero. Yo quiero declarar, porque es útil en estos momentos hagamos exposición detallada de todo lo que en las pláticas celebradas se ha venido diciendo. Ya el compañero Pavón Flores ha expresado en forma minuciosa estos detalles y será cansado para Uds. el repetirlos. Solamente quiero decirles a ustedes que el Comité de la C.T.M. ha estado pendiente desde el primer momento de este problema, desde que se presentó el problema de ustedes, y ha comisionado al compañero Gómez A. y a un servidor para que estemos interviniendo en este conflicto. La actitud nuestra ha estado siempre en el plan único en que invariablemente la C.T.M. podía estar, que es la de sostener y respaldar la actitud de los propios delegados de ustedes. Quiero hacer un elogio cariñoso a los compañeros del Comité Ejecutivo de ustedes, porque han demostrado entusiasmo, convicción, entereza para defender el problema y declaro a nombre del Comité Nacional de la C.T.M., que ante la actitud de la Empresa, de provocación, seguida en el caso de los telefonistas, USTEDES NO TIENEN MAS QUE UN CAMINO: EL MOVIMIENTO DE HUELGA Y LA C.T.M. APOYA ESE MOVIMIENTO DE HUELGA CON LAS CONSECUENCIAS QUE SEA NECESARIO Y ESTARA AL LADO DE USTEDES CODO CON CODO. (APLAUSOS).

EL C. RAMÓN QUINTANA ESPINOSA. (Pte. Convención Minera).

Camaradas: Trataré de ser sumamente breve porque considero que ya ustedes han recibido la orientación debida en el problema que están próximos a afrontar. Primeramente reciban ustedes por mi conducto, de todos los compañeros de nuestro Sindicato de Mineros el saludo más cordial y afectuoso. Nuestra quinta Reunión Extraordinaria reunida en esta capital ha tenido por objeto estudiar sus problemas específicos de la industria minera. Y al recibir nosotros en el seno de esa Convención, del Comité Ejecutivo Nacional de este organismo hermano, la invitación que nos enviaron, nos sentimos halagados y hemos venido a hacer patente a ustedes y a todos los compañeros, los compañeros que traen representación de organismos sindicales, nuestro cordial saludo y nuestra cohesión completa. Se ha dicho y explicado con amplitud el problema que afecta a la clase obrera de México en sus diferentes aspectos. Nosotros queremos decir a ustedes con toda claridad que en nuestro Sindicato constituido por 148 secciones enclavadas en los altos quicios de las montañas, en los más apartados rincones de la República, se ve con simpatía que el movimiento obrero de México siga la trayectoria revolucionaria que nos legaron los hombres de ayer. Para honra y prez de nuestro Sindicato quiero decirles a ustedes que el movimiento de huelga para nosotros es lo más sagrado que existe, por una razón; recordamos con cariño, y lo debe recordar la clase trabajadora de México que en 1906 en el pueblo fronterizo de Cananea, Sonora, fueron los elementos mineros los primeros que se lanzaron en un movimiento de tal naturaleza que tuvo que ser acallado por las balas traidoras de los vecinos del Norte. Sin embargo de ello, el movimiento minero de México ha seguido conservando su postura y la seguiría conservando, unido siempre al deseo ferviente de la clase trabajadora, de ustedes, de elevar nuestras conquistas. Nosotros estimamos que todavía tenemos derecho a algo más del mendrugo que se nos ha dado hasta ahorita. Si los datos estadísticos para la telefónica representan para la misma un ingreso de 14 millones de pesos, ya ustedes podrán apreciar lo que representa para los trusts norteamericanos la minería, y los ingresos acumulados con sus utilidades líquidas. En esa virtud, tampoco nosotros olvidamos lo que la Cara Magna establece como derecho único para los trabajadores y por eso la Convención Minera, cuyos trabajadores me honro presidir, ha determinado para el día 27 de este mes reanudar nuestros trabajos de Convención con objeto de plantear el problema económico en forma nacional, a todas las empresas. En consecuencia, también nosotros afrontamos el problema similar al de ustedes. Consideramos que ustedes tienen la experiencia necesaria de lo que significa una huelga, y consideramos que los compañeros que la dirijan les habrán explicado ya con toda amplitud lo que significa. Nosotros que tenemos experiencia que les diremos que una huelga significa sacrificios, aunque no estériles. Una huelga significa para ustedes no solamente la privación de muchos de muchos de vuestros deseos, no solamente es eso, que es lo que concierne a ustedes en lo particular, en lo personal, sino que concierne a vuestras familias. Por eso se necesita que ustedes entiendan que el movimiento de huelga es sacrificio; pero que ese sacrificio no será jamás estéril, porque ustedes tendrán que conseguir con ese derecho lo que justamente están reclamando. Tengan la firme convicción y la certeza que de salir a la huelga el próximo lunes, ustedes ya han escuchado de los compañeros que asisten en representación de organizaciones similares, que les darán franca y decidida adhesión, y yo vengo a ofrecer también la del Sindicato de Mineros en este movimiento. (APLAUSOS). Les daremos toda la ayuda que podamos prestarles y tengan ustedes presentes que en México, en Michoacán, en Zacatecas, en Sonora, en Nuevo León, en Chihuahua, en Coahuila, cada uno de los compañeros mineros allí significa para ustedes un elemento más en las filas del Sindicato de Telefonistas, por solidaridad. En los más apretados rincones de la República donde ustedes tengan compañeros también laborando, a donde se encuentren un compañero con la toda confianza, como hermano de corazón, tengan ustedes la absoluta seguridad de que aquel compañero sabrá tenderles la mano franca y decidida como acostumbramos hacerlo los mineros. Para terminar, compañeros: solamente quiero rogar a ustedes en forma especial que tengan fe, confianza en vuestro movimiento. No luchan ustedes solos, compañeros. Si hay elementos dentro del régimen que se interesan por hacer fracasar el avance del movimiento obrero de México, yo declaro categóricamente que están equivocados. Y están equivocados, porque el movimiento obrero de México, para que sea liquidado en su marcha ascendente, necesita que nazca en México unos cien Mousolines y unos cien Hitleres. Si hay demagogos y malsanos dentro de los organismos obreros, hay que condenarlos, porque los trabajadores muchas de las veces no atienden al llamado de la unificación necesaria en estos momentos, por esa sola razón. Yo les ruego que ustedes en este momento tengan la confianza en los hombres que los dirigen, porque sin esa confianza, compañeros, quién esté al frente con la responsabilidad entera de vuestro problemas, podrá dar motivo de críticas malsanas posteriores. En consecuencia, hago un llamamiento ferviente a la unidad, primero. Otro llamado ferviente para que ustedes tengan fe en el conglomerado obrero de la República y tengan la firme convicción de que al estallar el movimiento de huelga estará con Uds. el Sindicato de Mineros desde ese momento y hasta en tanto ustedes logren y obtengan lo que justamente están pidiendo. Muchas gracias.

EL C. FELIX GARCÍA (De la Ericsson).

Camaradas: Viene a reflejarse en el Sindicato de Trabajadores Ericsson uno de los conceptos que ya en su lucha se ha forjado como historia. Trabajadores con trabajadores debe ser de pelea, debe ser de unidad. En esta ocasión, de conformidad con lo acordado en nuestra 10ª. Convención de hace algunos días, acordamos todos los compañeros de la Ericsson de la República, el hacer el análisis siguiente; Que el movimiento de ustedes es el nuestro, que el movimiento de los telefonistas de la Mexicana tendrá que ser en el curso de esta semana al movimiento de los trabajadores de la Ericsson. En consecuencia, venimos a manifestar a todos los hermanos del Sindicato de Telefonistas que si las circunstancias de su problema se agravan, como lo han explicado otros compañeros, ese problema lo enfoca directamente y lo hace suyo el Sindicato de Trabajadores Ericsson en todo el país. Queremos dejar fijado un término que tiene una significación ideológica, una significación dentro de la estructura del movimiento obrero, que debe ser escuchado y razonado. Es lo siguiente: Creemos que cuando hay conflicto obrero patronal como el de ustedes, consideramos que cuando una compañía despótica como la Mexicana y la Ericsson, imperialistas enriquecidas, y cuyo oro va a Wall Street, cuando se trata de reclamar justicia para los trabajadores, no deben ser estos respaldados solamente por sus representantes. Los representantes de una agrupación tienen que actuar de acuerdo con las circunstancias en que los trabajadores se coloquen. Ese es el concepto en que deben colocarse los representantes de ustedes y así estamos colocados nosotros. Venimos a ratificar el acuerdo tomado en el sentido de que sí el movimiento de huelga estalla, nosotros nos dirigiremos a la Presidencia para hacer las gestiones necesaria, para manifestar públicamente que el movimiento de la Mexicana lo respalda, con huelga de solidaridad, la Ericsson. Eso es a grandes rasgos lo que vengo a manifestar a ustedes pero sí deseamos y apuntamos un solo problema. Que se nos permita por parte del Sindicato de ustedes, para mayor afirmación en esta declaración, que una delegación de compañeros nuestros, siquiera de nuestra sección 1 del D. F. asista a las juntas que se están celebrando para seguir minuciosamente los pasos y seguir su conflicto con la Compañía Mexicana.

Nos vamos a acreditar, porque cuando se presentan conflictos de esta naturaleza debe hacerse a un lado cualquier pasión de elementos que no sepan interpretar el deseo de los trabajadores auténticos. En consecuencia, para terminar, está aquí la totalidad del Comité Ejecutivo de Vigilancia del Sindicato Ericsson. Y que no sea ahora el aplauso final para mis palabras, sino que sea para ellos como el aplauso fraternal significativo de que los sindicatos telefonistas de la Mexicana y la Ericsson están unidos en su lucha.

EL C. ZAMARRIPA. (De Publicaciones Herrerías). (Hace un relato del origen de su movimiento; promete solidaridad, y condena la actitud de Herrerías).

EL C. LUIS GÓMEZ Z. (C.T.M.).

Hace unos cuantos meses el movimiento obrero de México resintió en sus cimientos la más fuerte conmoción cuando fue conocido por todos los trabajadores el decreto promulgado por Manuel Ávila Camacho donde se congelaban los sueldos previo aumento como salario de compensación por emergencia. En esta ocasión como siempre, la C.T.M. invito a las organizaciones de México, a las organizaciones revolucionarias que no eran fieles a esta Central, para avocarse al estudio de este peligroso asunto. Y así fue como respondieron tanto los compañeros mineros como los electricistas, y en esta forma hubo de entrevistarse al Primer Mandatario de la Nación con objeto de aclarar este decreto, que en un principio se nos presentaba de la manera más obscura para el movimiento obrero, porque de un tajo se acababa con el artículo 123 Constitucional.

Nosotros observamos este gravísimo problema bajo dos aspectos. Y en presencia del Jefe del Estado hemos puesto de manifiesto que había que acláralo. Y por fortuna para el movimiento obrero después de haber hecho la aclaración correspondiente con el Jefe del Estado, se llegó a la conclusión de que POR UN ERROR EN LA REDACCION SE HABIA MUTILADO DE MANERA FLAGRANTE EL ARTICULO123 que da el derecho de huelga a los trabajadores como arma suprema. A partir de ese momento nosotros nos sentimos satisfechos porque habíamos cumplido con nuestro deber. Pero también hicimos notar al Jefe del Estado que ni iba ser posible que los aumentos que había dado en el decreto fueran a ser motivo para que los trabajadores se sintieran satisfechos, porque por un lado, y aunque ya estábamos en posición del decreto anterior que congelaba los artículos de consumo necesario, declarábamos enfáticamente al Presidente que esos pulpos que se llaman comerciantes e industriales nunca está satisfecho con las ganancias que en México tiene, y que han sido fabulosas; y no se necesitó mucho tiempo para observar que la buena fe del señor Jefe de la Nación ha fracasado.

Se ha formado un sinnúmero de organismos para poder controlar el alza inmoderada de los artículos de primera necesidad y estos organismos han fracasado rotundamente. Y es así como nos encontramos en el mes de marzo de 1944 ante una situación negra para la clase trabajadora y para el pueblo en general. Y una huelga como la que plantean los telefonistas ya no es una huelga como las anteriores en donde se trataba ni más ni menos de elevar las conquistas de la clase trabajadora para levantar el estándar de vida. Ahora las peticiones que se hacen son para levantar el estándar de vida de un Sindicato como el de telefonistas sino para aliviar en parte las necesidades y podernos mantener, compañeros. Es criminal el alza de los víveres. Ya no es posible vivir en México, y tampoco es posible que se achaque a la Guerra, sino que es para que se llene más la bolsa de esos miserables que se llaman industriales y comerciantes, a quienes se les hacen pocas todas las fabulosas ganancias. Ha dicho el presidente que no deben tener utilidades ilimitadas, pero nosotros no queremos que los trabajadores seamos los únicos que damos cooperación para el triunfo de las democracias. A nosotros se nos ha pedido cooperación y la hemos dado, como lo podemos comprobar hasta la evidencia. No ha habido trabajador que no haya puesto todo su esfuerzo para que México se ponga a la altura de su deber, poniendo su esfuerzo máximo en las industrias; pero los patrones contestan agresivamente, y en esta ocasión, como hicieron los compañeros de la artícela, todos los compañeros de la industria de la lana y todas las industrias conexas, deben los trabajadores de la industria telefónica ponerse a la altura de su deber para alcanzar lo que se hace necesario para poder vivir. No es posible, porque no hay persona que pueda lograrlo, que pueda ser suficiente con ningún salario para vivir en los actuales momentos. Porque si analizamos uno por uno todos los renglones, llegamos a la conclusión esa de que seguir esta alza de víveres no se podrá vivir ni será suficiente cualquier salario. Los telefonistas deben de tener la seguridad absoluta de que no es cosa graciosa el que la C.T.M. haya estado con ustedes, sino que consideramos como una obligación el hacerlo, para estar con ustedes  en todos los terrenos. Salud, camaradas. (APLAUSOS).

EL C. JUSTINO M. OCHOA. (Dice: De los electricistas), (debe decir, de los telefonistas).

Los representantes de la C.T.M., y de las organizaciones más fuertes de nuestro país que han hecho uso de la palabra en este mitin solemne han sido altamente significativos y han demostrado que la solidaridad de la familia obrera siempre es una en todos aquellos momentos que son críticos para su vida misma. La vida obrera de nuestro país está sufriendo en estos momentos ataques sistemáticos, constantes, que la afectan internamente, hondamente. Se ha tratado de destruirla con una serie de decretos, como mencionaba el compañero Gómez Z. haciendo nulo el derecho de huelga. Afortunadamente respondió la clase trabajadora y se tuvo que hacer la modificación.

Y un atropello último que se acaba de cometer es el Decreto que hace nulo completamente el contrato colectivo de los ferrocarrileros, y un decreto que posiblemente ya está redactado, para aplicárselo, también, a los compañeros petroleros; una comunicación que existe en la Secretaría del Trabajo, en la que se amenaza con la incautación de las propiedades de la Compañía Telefónica, si es que estalla un movimiento de huelga como el de nosotros. Pero de nada sirven todos esos ataques, porque solamente se ha logrado que la clase trabajadora pueda unirse más y para que comprendamos cual es la verdadera situación a que nos enfrentamos ante ese peligro, en defensa de la vida de nosotros, y para proteger todo lo que hemos logrado a través de muchos años de sufrimiento y de lucha.

Con el pretexto de la actual situación de guerra se nos ha dicho con frecuencia: la patria es primero; sufran ahora esta situación. Es cierto, conformes, la patria es primero, y los trabajadores y el pueblo de México en general dan sangre, la vida y todo por la patria, todo lo sacrifican por la patria porque la patria somos precisamente nosotros, como espíritu de la patria por la que damos la vida, y por eso somos nosotros y el pueblo los que estamos sufriendo; pero que es la palabra tan respetable y tan respetada que es la patria, no se tome para explicar a la clase trabajadora como se le está explotando. Por eso, si la patria somos nosotros, la patria entonces nosotros la estamos defendiendo, pero que es lo que están dando los capitalistas?. Ninguna patria, ninguna ideología, ni nada. ¡Ah sí!, tienen conciencia y ansia pero de riquezas, ansía de despilfarro, de despilfarro indecente y asqueroso que pasean como insulto ante la necesidad apremiante de la clase trabajadora. Sólo se quiere que se sacrifique el pueblo, que sea patriota, que sufra hambre y miseria, pero para ellos, para los otros, sólo riquezas y más lujos. Eso es lo que quieren.

Ya es necesario que no se tome el nombre de la patria, porque ahora se trata de defenderla, nada más somos nosotros, los de abajo, los que la defendemos, pues los otros solo explotan esta situación de guerra, porque ellos no tiene patria.

Que no se utilice la expresión de la palabra sagrada de nuestra patria para que el imperialismo se aproveche de la riqueza de nuestro suelo, y y que no se achaque nacionalidad del imperialismo, que no se diga que es americano, que se manche la bandera de los Estados Unidos de Norteamérica, que se mantengan limpias las barras y las estrellas, y que no les alcance el lodo de los males hijos que tenga, de esos capitalistas y de los pulpos. Estos no tienen bandera, ni tienen patria, ni religión, ni nada. Nosotros los trabajadores, nosotros que todos somos hermanos, ya mineros, ferrocarrileros, ya petroleros, ya telefonistas, de todas partes, somos los que estamos sufriendo esta angustiosa situación de que nos tratamos de defender hasta llegar al terreno a donde haya lugar, para que sobre todo se respeten nuestras conquistas. Todo lo que hemos logrado en tantos y tan largos años, ningún Secretario, con un acuerdo tomado en sus ratos de locura podrá borrarlo, pues está eso consagrado y establecido en la Carta Magna, es un concepto de huelga bien claro, el derecho de huelga para los trabajadores.

Compañeros: Muchos han hablado y los altos conceptos emitidos por los representantes de las fuertes organizaciones no sólo servirán para solucionar el conflicto; es también el conflicto de la clase obrera en general, y el respaldo que nos dan a nosotros es para todos los movimientos de huelga, para todos los movimientos de todas las agrupaciones. Y es por eso que bien vale la pena aceptarlo, y llegado el momento, habremos hasta de exigirlo, no obstante ser sincero.

Compañeros: Ustedes nos han hecho aquí ofrecimientos solemnes a los que tendrán que responder cuando se les indique en este llamado angustioso de la clase obrera. Restamos solo agradecer a todos los asistentes a este solemne mitin su asistencia.