Nacimiento de la sección 2 del STRM

El explosivo desarrollo del teléfono en México entre los años de 1926 y 1929, fue provocado por la intensa competencia llevada a cabo entre las dos Compañías que operaban en nuestro país, es decir, la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana y la Compañía de Teléfonos Ericsson, que en los dos casos, se les había renovado por parte del Gobierno Federal, las concesiones por 50 años más, para seguir explotando el servicio telefónico en México.

De los lugares que más importancia le dieron los nuevos directivos de la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana fue la Ciudad de Guadalajara, en donde con la instalación de una Central automática con capacidad para 20 000 líneas dio principio la sustitución de los viejos equipos manuales. Los trabajos para la instalación de la nueva central, se iniciaron en el mes de febrero de 1928, quedando ubicada en las calles de Juárez y Donato Guerra. Para el mes de agosto, la Compañía Telefónica anunció que los trabajos de instalación llevaban un considerable avance, por lo que, finalmente, en el mes de octubre se puso en servicio la nueva central telefónica, colocándose la Ciudad de Guadalajara como la tercera ciudad mejor comunicada del país, sólo detrás de Tampico y la Cd. De México.

Los trabajos para la instalación de los nuevos equipos incluyendo la red exterior, no estuvieron exentos de los abusos que las empresas norteamericanas acostumbraban utilizar en aquella época, debido a que no existía ninguna ley que regulara las relaciones entre las empresas y sus trabajadores. De esta manera, la Compañía Telefónica aprovechando que sus trabajadores se encontraban desorganizados y sin apoyo de ninguna especie, utilizaba un gran número de arbitrariedades con la intención de mantener sometidos a sus trabajadores.

Estas irregularidades fueron denunciadas por los telefonistas de planta exterior y ponían como ejemplos los siguientes; Cuando a un trabajador lo mandaban de vacaciones, al regresar a trabajar al término de éstas, se encontraba con que había sido cesado. Otro ejemplo era que muchos trabajadores que laboraban hasta las 24 horas, al terminar su jornada, se les notificaba que habían sido separados. En respuesta, los telefonistas tapatios decidieron hacer frente a la Compañía Telefónica, iniciando un movimiento con la intención de formar un sindicato de trabajadores telefonistas. Este movimiento estuvo encabezado por los trabajadores Rafael Salazar, José Guerrero, Leonardo Rodríguez, Juan Baltasar y Godofredo Velásquez, quien ocuparía el puesto de Secretario General de la nueva organización, que al momento de su registro recibió el nombre de Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana, este movimiento encontró un amplio apoyo de todas las agrupaciones de trabajadores de Jalisco, quienes respaldaron las demandas de los telefonistas. Entre los iniciadores del movimiento se encontraba también, José González y un trabajador de apellido Carvajal, quien había solicitado su cambio de Tampico a Guadalajara. Al jefe de instalaciones de teléfonos, de origen norteamericano, la Telefónica lo despidió al enterase que éste se había sumado al movimiento.

El triunfo de los telefonistas fue rotundo. De inmediato y ya con el reconocimiento oficial por parte de las autoridades y de la Telefónica Mexicana, los telefonistas de Guadalajara solicitaron se iniciaran de inmediato las pláticas concernientes a la firma de un Contrato Colectivo de Trabajo, pues, en su opinión, la Telefónica operaba fuera de de la Constitución.

Para tal efecto, los telefonistas formaron una comisión que se encargaría de presentar el pliego de peticiones para iniciar las negociaciones referentes al Contrato Colectivo. Esta comisión estuvo formada por Florencio C. Rodríguez, Godofredo Velásquez, José Terriquez y Rafael Salazar, la Compañía Telefónica estuvo representada por el gerente Mario Bozzano.

Después de varios días de discusiones, el Contrato Colectivo de Trabajo solicitado por los telefonistas quedó firmado el 29 de enero de 1929, entre los principales acuerdos a que se llegó, fueron:

“1.- La Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana reconoce la personalidad jurídica del Sindicato de Obreros y Empleados de la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana, como representante de los trabajadores que prestan sus servicios en la misma empresa.
2.- La Compañía y el Sindicato (de Guadalajara) aceptan la vigencia del Contrato Colectivo celebrado entre la Compañía y el Sindicato Nacional de Telefonistas.
3.- La Compañía y el Sindicato convienen en nombrar, cada uno por su parte, un Comité formado por tres miembros para que se reúnan y discutan, todos los asuntos referentes a las relaciones del trabajador con la empresa y al cumplimiento de este convenio.
4.- Todo reajuste se hará como lo previene la ley (Decreto núm. 3473, junio 12 de 1928) es decir, se principiará por los trabajadores no sindicalizados, tomando en cuenta antigüedad y aptitudes
5.- Se reconoce la autoridad del sindicato para aceptar o rechazar la solicitud de ingresar a él, que hagan los empleados de la Compañía.
6.- En vista de la celebración de este Contrato Colectivo, la Compañía ya no celebrará contratos individuales; pero se aclara además que se respetan y podrán seguirse celebrando contratos temporales de acuerdo con el artículo 7 del Decreto 3240.
7.- En los casos en que la Junta Mixta, de que habla el artículo 3, no pueda llegar aun acuerdo se recurrirá a la Junta de Conciliación.

8 La Compañía ofreció al Sindicato Nacional del Distrito Federal, la celebración de un nuevo Contrato Colectivo al vencer el plazo que fija dicho Contrato, si antes no se expide la Ley Federal del Trabajo: en consecuencia, la Compañía conviene con el Sindicato de Guadalajara que antes de firmar un nuevo contrato, lo pondrá a su con0cimiento entregándole una copia para que el propio Sindicato le haga sus observaciones o le de su conformidad para que se pueda hacer extensivo al territorio que cubre la sucursal de Guadalajara”.

Con este convenio la sección de Guadalajara, fue la primera que reconoció al Sindicato Nacional de Telefonistas como representante de sus intereses, como se puede observar en el punto número 2 del convenio, con lo cual prácticamente, los telefonistas tapatios manifestaron su adhesión al SNT, además de que éstos, hicieron suyas las conquistas de los telefonistas del Distrito Federal, hecho que la Compañía Telefónica reconoció.

Otro aspecto importante de éste convenio fue el punto número 5, que dio pie a la cláusula de exclusión, que si bien en el momento de du creación no tuvo trascendencia, empezó a adquirir importancia a partir de 1935, cuando se llevó a cabo la unificación de todo el gremio. Además de los puntos anteriores, la nueva organización obtuvo de la empresa la semana laboral de 44 horas.
Como el nuevo Sindicato no tenía el dinero suficiente para alquilar un local, la sede de la nueva organización sindical quedó ubicada en la casa del telefonista Lorenzo G. Alcaraz, quedando definitivamente integrada al Sindicato Nacional de Telefonistas el 18 de julio de 1935, siendo registrada como la sección C-16 de Guadalajara.